Una valiosa colección de etnomusicología recopilada de la región aymara del país —originada entre las décadas de los 20 a los 50— y que forma parte del patrimonio cultural boliviano será repatriada a Bolivia de dos museos de Alemania.
El anuncio fue hecho ayer por el director del Museo de Etnografía y Folklore (Musef), Ramiro Molina, quien aseguró que se iniciaron las gestiones para contar con las miles de horas de grabaciones de música rural aymara, que fue seleccionada por investigadores alemanes y que se encuentra en dos repositorios de Berlín y Bamberg.
“En esta gestión, es importante y necesario el respaldo del Estado Plurinacional a través del Ministerio de Culturas”, aseveró Molina, quien tiene previsto viajar en abril a Alemania para completar las gestiones. No descartó que se logre conseguir una copia de la colección más grande de la música de Latinoamérica.
Para Molina, el conseguir la selección de música de hace más de medio siglo será importante para profundizar las investigaciones sobre etnomusicología en la región aymara.
La etnomusicología es el estudio de la música en su contexto cultural. Originalmente fue llamada musicología comparada, y es ubicada como una disciplina auxiliar de la antropología y la etnología. El investigador Jeff Todd Titon la ha llamado el estudio de la gente haciendo música.
Aunque la etnomusicología pretende enfocarse en la música por sí misma, los etnomusicólogos suelen también poner atención en el estudio del contexto cultural más amplio.
“Se trata de música que nuestros abuelos la escuchaban y de la que no tenemos ningún registro”, explicó Molina, quien en abril tiene previsto definir las gestiones para conseguir la selección musical de origen altiplánico aymara de nuestro territorio. “Planeamos estar en abril en Berlín junto con la Ministra de Culturas para concretar la repatriación de la valiosa selección de música autóctona”, añadió el Director del Museo de Etnografía y Folklore de la hoyada paceña.
La música y danzas autóctonas de los aymaras, al igual que de los quechuas, forman parte de ceremonias y rituales que están vinculadas principalmente a los ciclos agrícolas del campo. Una serie de instrumentos fueron usados y continúan siendo fabricados de forma tradicional por los aymaras de Bolivia.
Entre los instrumentos nativos se destacan los sikus o zampoñas, además de los mohozeños, pífanos, quenas y otros, todos ellos aerófonos musicales que también están relacionados con las celebraciones dedicadas a la agricultura y fertilidad.
DATOS
• Gestión. El Director del Museo de Etnografía y Folklore inicia en abril las gestiones en Alemania para repatriar la selección de etnomusicología.
• Respaldo. Es necesario el apoyo del Estado Plurinacional, a través del Ministerio de Culturas, para obtener las investigaciones y registros que los alemanes lograron grabar a partir de la década de los veinte, en la región altiplánica.
Música y ritualidad agrícola de los aymaras
La música es una parte muy importante en las comunidades aymaras. Los habitantes de la región altiplánica interpretan su música en ceremonias religiosas y en rituales relacionados con la agricultura, y en celebraciones del ciclo de la vida.
En muchos lugares, la música es asociada con la temporada seca y los festivales durante ese tiempo.
El ciclo agrícola de los aymaras se divide principalmente en dos partes de acuerdo al tiempo. El Jallupacha o tiempo de lluvia y el Awtipacha o tiempo seco. En ambas temporadas se interpretan varias clases de música con distintos instrumentos. Los dos tiempos están divididos por la época de la fertilidad que en las ciudades llega con el carnaval.
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