Con 12 piezas, uno puede estar seguro de que en Excepciones: 12 reglas del amor hay propuestas teatrales para todo gusto. Desde el drama más cursi hasta la comedia absurda, la megaobra coordinada por Eduardo Calla reúne diferentes conceptos de dramaturgia, algunos con más éxito que otros.
Lo más logrado son las piezas cómicas o tragicómicas, que entretienen y logran que el público quede atrapado por la historia. Cabe destacar a Carlos Ureña en Sopa de Verduras Pág. 102, dirigida por Ariel Muñoz con texto de Alejandro Molina; 33 miligramos de pendientes, de Calla y protagonizada por Cristian Mercado y Dime que me amas... 10, de Freddy Chipana, con un enérgico Bernardo Arancibia.
También están las que no logran cerrar. Aunque conceptualmente era impresionante, 789_Fénix de Rodrigo Bellot quedó en un texto algo cursi que apela al morbo y al estereotipo para lograr impacto. También falla 155 (y contando) de Diego Aramburo. El texto denso y los trucos técnicos —luces, escenografía y banda musical— solo perjudican a la actriz Patricia García y aburren al asistente que, tras dos horas, pide un final.
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