El artista Osmar Huarita nació en Oruro siendo el tercero de tres hermanos, posteriormente sus padres decidieron migrar a La Paz por trabajo. De 7 a 8 años empezó con el manejo técnico del lápiz realizando varios dibujos, ya a sus 12 años se interesó en conocer sobre los colores y el del matiz, alternando sus prácticas de pintura con sus oficios que fueron variados, como el de albañil, garzón, obrero de una fábrica de alimentos, ayudante de chapista, etc.
La jornadas laborales largas y de pago escaso, no aplacaban la curiosidad del artista naciente que además era un estudiante destacado por que siempre fue participativo, es así que empezó a conocer más y más del arte especializándose en el óleo; sin diplomas ni incentivos, ni palabras de aliento de su entorno, en una casa de sus trazos fueron adquiriendo destreza y aprendió a crear con su pincel la luz.
Tuvo la oportunidad de conocer en ese lapso de su vida a “Go”, un maestro de Capoeira que además había realizado estudios en la escuela de arte de El Alto por lo que dedicaba su tiempo libre a pintar cuadros en óleo, con una técnica más elaborada que el artista Huarita silenciosamente iba aprendiendo, tras realizar los ejercicios de artes marciales que el maestro también le impartía. A sus 14 años por problemas personales anticipó su entrada al servicio militar, donde llenó las paredes de murales con temáticas patrióticas.
El 2009 ingresó a un instituto del que fue titulado como técnico en aplicaciones, para dedicarse luego a trabajar durante dos años con el fin de ayudar a su familia. En esa fase llegó a formar un grupo de baile llamado “El Chombo”, enfocado a reagrupar a los jóvenes alteños incentivándoles a dejar atrás la vida de la pandilla y dedicarse al baile como un deporte, logrando incluso ganar el primer lugar por lo que surgieron más grupos que siguieron el ejemplo hasta la actualidad.
Durante el 2010 era coreógrafo de reconocidos grupos musicales, y su habilidad también lo convirtió en profesor de danza de una entidad no gubernamental italiana. En su tiempo libre jamás dejaba de perfeccionar su arte, llegando a ser profesor de artes plásticas y danza moderna el 2011 para secundaria y primaria en los colegios. En noviembre de ese año el director de la escuela municipal de El Alto lo invitó a mostrar sus obras por primera vez después de tres años de insistencia, exposición que sorpresivamente contó con la cobertura de medios llegando a ser nombrado “Boliviano de Oro” ya que era autodidacta.
En su segunda exposición a inicios del 2012 no pudo estar presente, ya que enfermó de una apendicitis que se complicó afectando su sistema gástrico llegando a padecer de una peritonitis que casi le ocasiona la muerte, por lo que fue sometido a dos intervenciones quirúrgicas. Las deudas surgieron y debía mantener reposo un año pero la necesidad hizo que continúe como docente, año en el que se animó a actuar de payaso con la finalidad de alegrarse ya que su estado de ánimo había decaído por su situación de salud: mientras definía su obra apegándose al cubismo que plasmaba en distintos cuadros.
Una vez recuperado el 2013 Huarita volvió al arte pensando en grande por lo que propuso a la alcaldía realizar murales que mejoren la apariencia de la ciudad e incentiven al turismo en El Alto, logrando la aceptación que devino en la creación simultánea de obras por las calles y carreteras, donde lo acompañaron más artistas., alcanzando reconocimiento internacional incluso.
Logró reflejar en un mural la que fue su primera pintura denominada “La Madre” que está actualmente en un avenida concurrida. A esta le siguieron otros murales con temáticas de la guerra del gas, y el pacto por la paz, la lucha del trabajador, los músicos alteños, y otros. Ese año por segunda vez fue nombrado “Boliviano de Oro”.
Mientras ayuda en la manutención de su familia humilde, ahora el artista trabaja para extender su arte en todo Bolivia y el exterior, incentivando a los jóvenes a que se apeguen a la cultura. Durante su visita en Tarija, fue entrevistado por varios medios, sin embargo al recorrer las calles notó que aún falta apreciar la cultura boliviana, y plasmar la ciudad con obras artísticas como los murales que atraen viajeros y al mismo tiempo difunden la cultura.
El recorrido que realizó en Tarija fue largo dando a conocer sus obras en hoteles y hostales, asimismo presentó una exposición en la plaza Lizardi pero prevé exponer en la Casa de la Cultura el año siguiente. Finalmente el “Hotel Martínez” de propietarios potosinos fue el que adquirió sus obras, por lo que Huarita promete regresar con nuevas creaciones inspiradas en su viaje.
El artista tras haber estado en Tarija tiene previsto recorrer Potosí, Sucre, Oruro y retornar a La Paz para continuar el próximo año con una nueva gira que pueda incentivar la cultura, actividad que realiza sin financiamiento alguno, por lo que partió agradeciendo a quienes lo acogieron en esta tierra y a los medios que difunden su obra que retrata el mundo andino desde sus ojos.
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artitas adelante con tu trabajo abrazos
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