miércoles, 28 de marzo de 2012

30 grados de frío, la creación colectiva en su mayor expresión

“Tenemos una fórmula de trabajo en la que el autor propone su texto al resto del grupo y éstos son implacables y le dicen qué funciona y qué no. El autor tiene la única obligación de estar callado e invitar las cervezas”.

Así trabaja la compañía española de teatro El Astillero, y fue así como se implementó y perfeccionó 30 grados de frío, la obra con la que se presentarán hoy a las 20:00 en el Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez, en el marco del VIII Festival Internacional de Teatro de La Paz (FITAZ 2012) que se efectuará en diversos espacios de la urbe hasta el próximo 4 de abril.

Pero éste no es un estilo más de creación colectiva dentro del panorama de las artes escénicas contemporáneas; la propuesta de El Astillero es única en España y Europa, pues más que una compañía de teatro, es un “núcleo de escritura contemporánea”.

Justamente según cuenta el director Luis Miguel González, 30 grados de frío es la primera obra cuyo texto no es enteramente una creación colectiva, sino una adaptación, una versión libérrima de Cartas desde Rusia, de Juan Valera.

Esta “hilarante comedia cargada de ironía” cuenta la historia de una legación española que en 1857 se instaló en San Petersburgo con el fin de restablecer las relaciones diplomáticas entre España y Rusia.

La historia

La obra está basada en las cartas escritas desde el lejano país por el escritor Juan Valera, entonces secretario del afamado duque de Osuna. “Valera -cuenta González- relata las divertidas aventuras de Osuna, típicas de la antigua aristocracia española que ya para ese tiempo estaba resquebrajada y en decadencia”.

Las primeras reescrituras del texto fueron realizadas por González, José Ramón Fernández y Ángel Solo. Las versiones posteriores, que antecedieron a la definitiva, surgieron de las improvisaciones con los actores, entre cervezas y buen humor, pero aún respetando la idea original de Valera.

Osuna, el duque, y Valera son dos personajes antagónicos. El duque hace gala de su opulencia, es un aristócrata derrochador, generoso, que dilapida su fortuna sin inhibición; mientras que su acompañante es un hombre mesurado, correcto y con un amplio sentido de la responsabilidad.

Según Francisco Vidal, renombrado actor de cine y teatro, que interpreta al duque de Osuna, este personaje es un hombre “ampuloso, extravagante e irresponsable”.

“Lo interesante es ver cómo a pesar de ser tan distinto a Valera, ambos pueden llegar a entablar una gran amistad”, comenta.

Analogías

Así, más allá de su trama particular, los personajes también encarnan a dos Españas diferentes pero fácilmente relacionables.

“La obra relata esta confrontación entre el antiguo régimen y la modernidad; y todo eso se trasplanta a la época actual, a esa España que hace cuatro años era pujante y fuerte, y a la que hoy es una nación en crisis. También está la lucha de las dos Españas, la más conservadora, tradicional y la España moderna”, dice González.

El personaje de Valera es interpretado por Chema Ruiz; el tercer actor en escena es Daniel Martos quien según afirmó la crítica española, es el “mago” de toda la propuesta, pues “interpreta a todos los demás que son como 50 personajes, entre ellos una mujer”.

Pero más allá, Martos es además el asistente de dirección que cumple así su viejo anhelo de incursionar en la actuación.

30 grados de frío se mantuvo en cartelera por más de un año y viajó por toda España. Fue un “inmenso trabajo de relojería”, de producción, programación, ensayos y viajes que, finalmente, recala en La Paz

Fuente Pagina Siete

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