Las actividades culturales de la Orquesta Sinfónica Nacional comenzaron ayer con un esperado concierto.
ENTREVISTA
JUAN ORTEGA LANDA
Presidente de la Fundación de la Orquesta Sinfónica Nacional
La Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) empezó ayer un ciclo importante de desarrollo institucional y excelencia artística.
El objetivo es marcar un nuevo hito en la cultura nacional, afirmó el presidente de la Fundación de la Orquesta Sinfónica Nacional, Juan Ortega Landa. La Obertura 1812-2012, con un abarrotado Centro Sinfónico Nacional, abrió el programa de este año.
—¿Cómo califica el comienzo de la nueva temporada de la Orquesta Sinfónica Nacional?
—Comenzamos con algo muy selecto, porque la Obertura 1812-2012 es un conjunto de oberturas muy especial.
La velada musical, a cargo del prestigioso maestro Ramiro Soriano, contó con un despliegue musical y la presencia de los cadetes del Colegio Militar del Ejército, quienes resguardaron dos cañones y dispararon once cañonazos, con efectos especiales, en honor a la Obertura 1812 de Tchaikovsky, una de las obras más conmovedoras por su fuerza y simbolismo.
—La OSN empieza un nuevo ciclo, ¿cuáles son sus objetivos principales?
—Preservar la mística de la orquesta será de vital importancia. Estamos confiados en que 2012 marcará un nuevo hito en la cultura nacional, porque tenemos un programa inolvidable y estamos seguros que contará no sólo con la aceptación, sino también con el aplauso de los amantes de la música universal.
—¿Qué dejó el maestro David Händel a la cultura de Bolivia?
—Bajo la dirección del maestro David Händel, la orquesta alcanzó un elevado nivel artístico. Hoy contamos con un Centro Sinfónico Nacional, escenario con una acústica inmejorable. Estamos muy orgullosos de la trayectoria, desarrollo profesional y desempeño de nuestros músicos, quienes lograron posesionar a nuestra orquesta en el imaginario colectivo para hacer realidad un proyecto de gran trascendencia.
—¿Cuándo se elegirá al sucesor de Händel en la OSN?
—David Händel, como saben todos, nos acompañó por más de 14 años, generó básicamente un ciclo muy importante en el cual se vio una transformación cuantitativa y cualitativa de la orquesta. David Händel presentó el año pasado su renuncia, básicamente inspirado en el desarrollo de su carrera profesional para ir a dirigir a otros lugares, situación que nos enorgullece.
Ahora cerramos ese ciclo y abrimos uno nuevo. Este nuevo ciclo comienza fundamentalmente como para el hombre la firma, con la presentación de nuestro nuevo logotipo, posteriormente generaremos una nueva elección de transición para tener al nuevo director, que se realizará a través de una convocatoria internacional, donde tanto los nacionales y extranjeros tienen el mismo nivel de oportunidad de ocupar este cargo, que dejó David Händel.
La convocatoria está lista y estamos coordinando con el Ministerio de Culturas. Tenemos todo el apoyo de Pablo Groux.
—¿El Coro Sinfónico también tiene su desafío?
—En 2012, la Orquesta Sinfónica Nacional dio la bienvenida al maestro Julio Barragán, como director del Coro Sinfónico, y comenzó así una etapa de profesionalismo y calidad vocal sin precedentes en Bolivia.
El coro, que está integrado por cantantes profesionales, participará en dos programas independientes que son el abono Barroco de Sucre y la cantata Canto para Una Semilla, con décimas de Violeta Parra.
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