Bajo la batuta del director invitado Ramiro Soriano Arce, la Orquesta Sinfónica Nacional, lució su buen nivel interpretativo en el inicio de la temporada 2012.
Un repertorio muy bien seleccionado para la primera y segunda parte del concierto, consistente en ocho oberturas, fueron suficientes para ratificar el profesionalismo de todos los integrantes de la Sinfónica Nacional.
El aporte del maestro Soriano Arce, al guiar con un acertado movimiento de manos a todos los músicos en cada una de sus intervenciones, de acuerdo a cómo lo exigían las partituras, fue fundamental para la armonía de las interpretaciones, evitando así errores que muchas veces se oyen en los conciertos.
La presentación comenzó con la Obertura “Russian y Ludmila”, de Mikhaif Glinka, posteriormente el público que llenó las instalaciones del Centro Sinfónico, se deleitó con: “Las Hébridas”, “Guillermo Tell”, “El Murciélago”, “Festiva”, “Orfeo en los Infiernos”, “El Barbero de Sevilla”.
El concierto tuvo su momento culminante cuando la Sinfónica interpretó la “Obertura 1812” compuesta por Pioff Ilich Tchaikovsky, en la que una serie de explosiones de fuegos artificiales simularon los disparos de cañones, con los que el compositor quiso dar un homenaje a Rusia por su resistencia a Napoléon.
Al final el público ovacionó a los músicos y al maestro Soriano, por el excepcional concierto que duró casi dos horas y que se repetirá hoy desde las 20:00 en el Centro Sinfónico de la calle Ayacucho.
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