jueves, 9 de enero de 2014
Carla Derpic: ‘La quena puede ser dulce, triste y apasionada’
¿Cómo nació tu interés por bailar morenada?
Empecé hace dos años, “sin querer queriendo” (ríe), cuando fui a un ensayo de la fraternidad (Ferrari Ghezzi) para dar encuentro a unas amigas que no veía hace mucho tiempo. De pronto, ya cuando comenzó la banda, me vinieron las ganas de bailar y ese mismo día terminé ensayando con toda la gente hasta que llegué al Carnaval. Me interesaría bailar alguna otra danza, tengo una pensada por ahí.
¿Y el romance con la quena?
Lo único que yo quería hace algunos años era aprender a tocar la quena. Después de haber ido a un concierto de Wara el año 2005, me quedé enamorada del instrumento. Primero pasé algunas clases con un japonés, porque casualmente las daba el que hacía la segunda quena en Wara aquella vez y, luego, gracias al contacto de este profesor nipón, empecé a estudiar la quena con mi maestro, Rolando Encinas, a quien había escuchado tocar la primera quena esa noche de 2005.
¿Cómo fue el salto a la orquesta criolla Música de Maestros?
Encinas, como director de la Orquesta, me llevó a ser parte de ésta. El año 2006 fue mi primera presentación.
¿Cuanto tiempo te tomó el tener el nivel necesario como para tener tocar con la orquesta?
Si bien yo conozco la técnica, creo que, con los años, todo va madurando. Yo sigo aprendiendo un montón de cosas sobre la quena, con mucha práctica.
¿Tocas otros instrumentos?
Sí, gracias a la orquesta, pude aprender a tocar otros instrumentos de viento, pero en definitiva me quedo con la quena: tanto por la conexión que siento con ella, como por lo dulce, triste y apasionada que puede ser a la vez. ¿Crees que los bolivianos, con un folklore tan rico, tenemos alguna facilidad especial para cultivarlo?
No lo sé. Pero donde voy siempre hay gente que vive el folklore, lo disfruta, lo siente, lo baila. El haber tenido a un profesor japonés que me enseñó un instrumento que es de este lado del mundo, es un claro ejemplo de que el gusto por la música folklórica no tiene nada que ver con el lugar de donde vienes, más bien es una muestra de que la música es universal.
¿Cuáles han sido tus mejores experiencias bailando?
Con la morenada, vivir la fiesta del Carnaval de Oruro y hacerlo desde el otro lado, antes solo fui como espectadora. La experiencia misma de estar recorriendo las calles al ritmo de la banda y ver al público viviendo intensamente la fiesta, que te acompaña bailando y coreando las canciones, es algo realmente emocionante. El ambiente que se forma en esa celebración es incomparable e indescriptible.
¿Qué destacarías de tu trabajo con la orquesta?
Más allá de haber conocido lugares hermosos y gente increíble de todos lados, creo que la mejor experiencia se repite en cada actuación en la que sientes que te has entregado completamente. No se puede pedir más en la vida.
¿Que recomiendas para los interesados en este instrumento?
La práctica es fundamental. Para aprender, existen varios institutos de instrumentos nativos en La Paz. Y si quieren perfeccionar, pueden tomar clases particulares con algunos maestros.
Carla Derpic
Nació en La Paz, tiene 27 años y, además de sentir pasión por el folklore, es ingeniera comercial. Desde pequeña se inclinó por los instrumentos, ya que su padre toca el acordeón. Aunque hizo el propedéutico del Conservatorio Nacional, labró su carrera musical por sí sola.Pasión Es amante de la música, toca la quena y es parte de la orquesta criolla Música de Maestros desde 2006 con la cual ha hecho una gira de conciertos dos veces por Europa. Otra de sus actividades es el baile y desde hace dos años es figura de la morenada Ferrari Ghezzi. Texto: María José Ferrel. Fotos: Christian Eugenio.
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