Juan Bustillos, coordinador de la galería y uno de los gestores de la idea, afirmó que hace mucho tiempo deseaban montar esta muestra, pero recién hoy, gracias al apoyo de Fundecyd, lo lograron. “Hemos trabajado con diversos sectores de la sociedad, como los no videntes, que ocupan un lugar bastante grande pero que tienen menos oportunidades para poder integrarse. Generalmente ellos no pueden acceder a estos espacios de arte debido a que, generalmente, está prohibido tocar las obras. Por ahí hemos empezado. Después del entusiasmo vino la investigación, con el objetivo de adecuar la sala a estas personas”, comentó Bustillos.
Ejti Stih, también coordinadora de la ‘Manzana’, se encargó de buscar el asesoramiento de profesionales, gente que ha trabajado o tiene familiares ciegos y con artistas, como la eslovena Aksinja Kirmauner, que obtuvo su doctorado en base a una investigación sobre el arte y la ceguera, para la cual permaneció ocho días con los ojos vendados. Stih manifestó su emoción al comprobar que en los dos primeros días de muestra la respuesta del público ha sido positiva. “La interacción de la gente con los guías ciegos es lo mejor. Es tan lindo ver cómo les piden que les escriban en braille y toquen con ellos las obras. Es realmente hermoso”, expresó la artista.
“La muestra despierta a todas las personas a un mundo que para nosotros es desconocido, del que muchos tenemos miedo”, indicó, por su parte, Carolina Sanjinés. La escultora está presente con la obra Como un bazar, un bronce en relieve con diversas figuras humanas, que, al igual que las demás creaciones, está hecho con el objetivo de que el público palpe y sienta la forma del objeto.
Pero también hay lugar para los sonidos. Marvin Montes partió de una experiencia propia (un accidente lo dejó ciego durante 20 días) para elaborar una serie de melodías en tres dimensiones que, a diferencia del estéreo, otorga una espacialidad más profunda. “Con gran placer soy parte de esta exposición”, afirmó
Montes también creó, junto a Bustillos, el ambiente sonoro para la habitación oscura ubicada en un rincón de una de las salas. Se trata de una de las experiencias más impresionantes que se puede vivir en la muestra. Con la ayuda de los guías, se ingresa al lugar que simula un recorrido por las calles de Santa Cruz, con sus desniveles de garajes, la basura por todas partes, los bocinazos, las construcciones, los perros sueltos, etc. Todo con la intención de que el visitante se ponga en la piel de los que no pueden ver al momento de caminar por una caótica urbe cruceña, totalmente carente de condiciones para los transeúntes no videntes.
La parte audiovisual también está presente con un video producido por Alejandro Fuentes, a partir de un texto de Darwin Pinto, que Manzana 1 le encargó al escritor y periodista para la exposición. “Todas las cosas que vienen desde el alma son excelentes. En el video se refleja esa fortaleza de la gente que ha logrado vencer sus limitaciones. Tener de guías a estos jóvenes tan llenos de amor nos hace recapacitar sobre la importancia de nuestros sentidos”, explicó Fuentes.
Opinión
Esta muestra nos permite ver la ceguera
Luis Bredow / actor
Cuando se anula un sentido, el mundo cobra completamente otro significado. Lo que conocemos de nuestra realidad depende de lo que percibimos.
El arte está dirigido a los sentidos. La música privilegia el oído; la danza, el cuerpo; la lectura, la vista y la mente.
En esta muestra he comprobado cómo puede existir la posibilidad de un arte que nos permita trabajar el olfato y el tacto, algo que tal vez no existe y que quizás se lo debe ir desarrollando.
La gente que cuenta con todos sus sentidos está oscilando entre la piedad y la fantasía de que al perder un sentido se gana un poder especial. No hay que tener lástima por ellos, es insultante, además que nos impide acercarnos a los demás.
Tener la oportunidad de ver esta exposición nos da una visión sobre la ceguera, nos permite ver qué es la ceguera.
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