Hombre titula la obra del artista Leandro Mbomio Nsue (Evinayong, Guinea Ecuatorial, 5 de enero de 1938), que se puede apreciar en el Museo de Bellas Artes de Bilbao (País Vasco). El escultor y pintor, conocido como “El Picasso Negro”, expresa en sus obras las ideas africanistas que postula. Fue Ministro de Cultura de su país durante 20 años.
“Resulta imposible desligar lo que es verdaderamente arte de las necesidades esenciales del hombre, su entorno sociocultural, su momento histórico y su creencia en Dios o en su Más Allá”, dice Mbomio. Sobre el arte tradicional africano, que sirvió de “fuente de inspiración en la integración del cubismo y demás movimientos plásticos surgidos a principios del siglo XX”, argumenta que quien crea, el artista, “no centra su estudio únicamente en los aspectos plásticos o estéticos que la armonizan, sino más todavía en la simbología que da sentido a la misma e impone su función social”. Así, “para lograr la integración y armonización de ambos elementos, el artista negroafricano tradicional utiliza habitualmente elementos geométricos con predominio del triángulo, concebido como único símbolo representativo de Dios”. Y desde el punto de vista estrictamente plástico, “el triángulo se concibe como elemento integrador que equilibra y armoniza las formas geométricas que decoran y dan un carácter propio, no sólo a la arquitectura y a la escultura, sino también a los objetos domésticos, instrumentos musicales y máscaras que se utilizan en las danzas rituales y populares”.
‘Érase una vez en América’ vuelve
La mejor película de gángsters, para muchos, sobre todo porque es más que una película de gángsters. Érase una vez en América, de Sergio Leone, con música de Ennio Morricone —y que en 1984 ganó el Festival Llama de Plata que se organizaba en La Paz, Bolivia—, ha vuelto a las grandes salas con una copia restaurada. La coproducción ítalo-norteamericana, basada en la novela The Hoods de Harry Grey, muestra lo mejor de Robert De Niro, James Woods, Elizabeth McGovern, Treta Williams, Joe Pesci, Jennifer Connelly, Danny Aiello, Burt Young y William Forsythe. La fotografía es de Tonino Delli Colli (La vida es bella, Lo bueno, lo malo y lo feo) y el montaje en flash back de Nino Baragli.
El fado y el tango saben a nuevo
Cristina Branco es de esas artistas que está trabajando con la música contemporánea desde hace ya 10 años, sin que en Bolivia se tenga noticias de sus discos. Lo que es una lástima, pues se trata de una voz y de una interpretación que vale la pena escuchar al menos una vez en la vida. Lo último que ha lanzado al mercado europeo es una mezcla de tango rioplatense clásico y fado portugués, músicas que ella halla parecidas y que se conjugan sin gran esfuerzo. Fado Tango recoge además poemas de António Lobo Antunes, Fernando Pessoa o Manuela de Freitas, así como versiones de Jacques Brel, Carlos Gardel e Isolina Carrillo. El puente entre antiguo y moderno, entre América Latina y Europa está tendido.
¿Qué libro comienza así...?
Durante todo el día había hecho un calor insufrible, pero al caer la tarde se le-vantó una brisa por el oeste, por el lado de donde apretaba el calor del sol poniente, y del mar, que no se veía, ni se oía, oculto tras los matorrales de las colinas.
¿De qué film es el diálogo?
— ¿Has despedido a la asistenta?
— Nos robaba.
— Pero es negra.
— ¿Y qué?
— Que los negros ya tienen suficientes problemas.
— La pillé abriéndome el bolso...
— ¡Es una negra, de Harlem! ¡Es pobre! ¡Tiene derecho a robarnos! Al fin y al cabo, ¿a quién quieres que robe si no es a nosotros?
Vladimir Barriga y Carlos F. Ross acertaron con La niña de sus ojos, de A. Díaz Villamil, y El marido de la peluquera, de P. Leconte.
simplemente wao ¡¡¡
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