Una retrospectiva de sus 21 últimos años de trayectoria en las artes plásticas presenta en La Paz el pintor cochabambino Edgar Albarado Orellana.
La muestra se desarrolla por segunda y última semana, en la Casa Municipal de la Cultura “Franz Tamayo” (Av. Mariscal Santa Cruz, esquina Potosí) de la ciudad sede de Gobierno.
La exposición está conformada por 45 cuadros logrados en técnica mixta, óleo, acuarela y pasteles al óleo.
Las temáticas de las obras, que llegarán a Cochabamba en septiembre para una muestra de homenaje al aniversario departamental, son diversas. Se pueden observar figuras de agricultores de diversas zonas del país, ancianos, indígenas, bodegones, figuras abstractas libres y desnudos artísticos.
Albarado, director del Taller Estudio “Julián Apaza”, se identifica como uno de los primeros miembros de la Asociación Boliviana de Artistas Plásticos (ABAP, filial Cochabamba).
“Antes éramos contados los pintores, hace 20 años éramos unos 15 los socios de la ABAP. Ahora los integrantes pasan los 150, son pintores que hacen hasta segundo o tercer año de la Academia de Bellas Artes ‘Raúl G. Prada’ y se lanzan a exponer en el salón ‘Gíldaro Antezana’. Antes sólo exponían ahí los que tenían un cierto currículum, no cualquiera podía hacerlo”, manifestó el artista recordando entre los primeros socios a pintores como Ruperto Salvatierra, Amadeo Castro y Gonzalo Rivero.
Calificó a muchos de los actuales pintores como “fanfarrones”, puesto que hacen una “pintura conceptual en la que tienen que explicar por qué han puesto tal o cual manchita”.
“Actualmente muchos pintores tienen temáticas ficticias, que no corresponden a nuestra realidad. Y yo pienso que el artista cochabambino y boliviano tiene que reflejar la realidad social, económica, cultural y plástica de nuestro país”, sostuvo Albarado.
TRAYECTORIA Desde 1978 el pintor efectuó 80 muestras colectivas en varias ciudades del país, así como en otras de Brasil, Ecuador, Estados Unidos, Perú y Argentina.
Entre otros, obtuvo el Premio Especial “Acuarela Moderna” en San Pablo, Brasil (1982); el Primer Premio del Concurso de Pintura Latinoamericana de Miami, Estados Unidos (1985); el Gran Premio del “Concurso de Manchas” de Lima, Perú (1985); el Primer Adquisición “Pan America Union” de Washington, Estados Unidos (1993); y el Premio al Mérito Artístico de Cochabamba, Bolivia (2007).
“Edgar Albarado se autoafirma con claridad en su trabajo artístico porque tiene en su espíritu valluno, la configuración psicológica entusiasta que lo torna apacible, rendido a los colores de tonalidades cálidas, gusta la cascada del claro de luna sobre la paleta, sobre el pincel y los cuadros normalmente destacados”, señala sobre el trabajo del pintor el escritor Celso Montaño Balderrama.
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