“La representación de un dios no es solo su representación, es el dios en sí”, dice el Códice Borgia. A partir de esto, Adriana Bravo retoma animales prehispánicos y, con una muestra interdisciplinaria, los hará bailar el martes a las 19.30 en el Espacio Patiño.
Una rata que se convierte en un perro es uno de los 150 esténciles con los que trabaja la artista visual para Errantes, que es una exhibición interdisciplinaria.
Este conjunto representa un bestiario urbano simbólico que retoma seres prehispánicos —“animales de poder”, según Bravo— que “bailarán” por las paredes del segundo piso del Patiño.
Las imágenes animadas son la base de esta propuesta que se desplaza en la frontera entre los nuevos medios y las técnicas analógicas, dentro del contexto social a través de la intervención urbana.
Bravo registró con fotografías diferentes esténciles en la época del Movimiento Yo Soy 132, en México. “Vimos que habían ciertos animales que se repetían: perros, búhos, cuervos y más; casualmente resultaron ser prehispánicos. Animales divinos. Pensé: ‘la ciudad está construida encima de unas ruinas’.Entonces estos animales vuelven a salir de las paredes, de todas las capas de memoria. Con la proyección de estos esténciles en movimiento estamos develando los animales que vuelven del pasado”, definió Bravo.
La artista paceña dibujó y luego digitalizó estas imágenes que se proyectaron en movimiento desde un TuriBus (bus turístico) con público dentro. Fue la primera acción de este tipo que se hace en la capital mexicana y fue una colaboración con su par boliviana Sandra de Berduccy.
Este martes, Bravo aterrizará la idea de los animales ancestrales al imaginario boliviano, rescatando los que llevan en su vestimenta la morenada y la diablada.
Habrá ratas, perros, colibríes, búhos, cuervos y cuatro piezas nuevas: dos chinas supay, un moreno y una q’erla gallina. Así, la investigación de la artista deviene en una mezcla entre misticismo y arte contemporáneo “puro y duro”, como ella lo recalcó.
“Si tú dibujas un dios, estás trayendo al dios. En México no bailan con los nahuales colgados, aquí sí. Aquí los animales de poder están bailando todo el tiempo, los dioses están bailando en el Carnaval, en Villa Victoria, en El Alto y, con esta intervención del espacio, a través de los esténciles lo verán”, indicó Bravo.
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