Un espacio de encuentro para aquellos que decidieron recorrer un mundo sobre las ruedas de una bicicleta. Experiencias y aventuras de ciclistas se comparten en un departamento ubicado dentro de la mítica casa en donde la icónica Yolanda Bedregal escribió sus versos y obras.
En aquella casa las tertulias se hacían memorias de vida, de letras, de hijos y nietos que corrían por sus pasillos y gradas caoba. Fue ahí también donde uno de los hijos de Bedregal, el pintor y escritor Juan Conitzer materializaba sus obras que aún hoy llenan la casa de colores vibrantes.
A este pequeño departamento han llegado más de 1.000 ciclistas de todo el mundo en el transcurso de seis años, este espacio se ha convertido en una Casa de Ciclistas (http://casadeciclistas.wordpress.com).
Cristian Conitzer, hijo del artista Juan Conitzer -físico de profesión, competidor y apasionado del ciclismo- estableció el concepto de la casa a inicios de 2008, con el apoyo del lado paterno de su familia.
Primero abrió las puertas de su casa, luego de un café en el que trabajaba y más tarde las del departamento.
No es un hotel, un alojamiento o un albergue, es una casa céntrica que ofrece hospitalidad a aquellos que viajan por diferentes países manejando una bicicleta -o como también los llaman cicloturistas-. Un refugio que no persigue fines de lucro sino ser parte de una red que conecte a estos aventureros.
"De y para ciclistas”
"Es un fenómeno inexplicable. Este mundo regido por el consumismo y el capitalismo permite formar lo que son hoteles, hostales y alojamientos. Pero, para bien y alegría de muchos existe este fenómeno de la hospitalidad, altruismo y bondad para los cicloviajeros”, explica Cristian Conitzer.
Fue la solidaridad que halló gracias a una organización hospitalaria que alberga ciclistas cuando vivía y viajaba por Alemania y otros cicloturistas que empezaron a buscarlo cuando regresó a Bolivia que se animó a llevar a cabo la idea en el país.
Y es que más allá del departamento de la calle Goitia, se trata de una idea organizada que brinda un espacio a los ciclistas mientras que ellos ayudan voluntariamente a mantener el lugar en funcionamiento.
Siendo un espacio "de ellos y para ellos”, como explica su impulsor, los ciclistas colaboran voluntariamente con su limpieza y el otras reparaciones o instalaciones como conexiones eléctricas, arreglos en la infraestructura, colaborar en el pago de algún servicio, etc.
Al ingresar al departamento se observan anuncios que informan de los lugares donde comer, lavar la ropa, atractivos turísticos, etc.
El mundo en una sala
Sentados en unos sillones, un grupo compuesto por un francés, dos alemanes, un chileno y una canadiense intercambian experiencias y las motivaciones que los llevan a recorrer el mundo en bicicleta.
Al lado se encuentra una cocina, donde cada quien prepara sus alimentos, y subiendo unas gradas están los ambientes con colchones donde los viajeros descansan. La mayoría de los ciclistas viajan con todo lo que necesitan.
Fabian Keilpflug y Daniel Steinit son alemanes (www.tapinambur.de) son fotógrafos y documentalistas. "Este es un lugar alucinante. En Europa no hay muchos lugares como éste en comparación a Latinoamérica. Nosotros viajamos con muchas cosas, además de las bicicletas, y quedarnos en un hostal es complicado porque no siempre nos podemos alojar con ellas y además aquí podemos arreglarlas”, cuentan.
Y no es otra persona que Conitzer, gracias a su pasión por las bicicletas, quien las arregla en un pequeño taller ubicado en la misma casa.
Loretta Henderson es canadiense y es parte de un proyecto llamado Mujeres sobre Ruedas (www.skalatitude.com) en el que alrededor de un centenar de mujeres viajan solas por el mundo en sus bicicletas. Para ella, recorrer los países de esta forma es todo menos inseguro.
"Muchas mujeres y personas que me ven en el camino ‘me adoptan’, me dan lugares para dormir, de comer, es increíble”.
Daniel Alejandro Rojas es de Santiago de Chile. Él es pintor y fotógrafo, pero sobre todo es ciclista. "Viajar en bicicleta te permite llegar a lugares que de otra forma no se podría. He venido como 20 veces a Bolivia, me enteré por casualidad de la casa y aquí encontré gente que comparte los mismos intereses”.
Nathanael Pons-Ramells (www.globe-rider.net) es francés y viaja por el mundo escribiendo sobre lo que no se dice de la cultura y la gastronomía de los países. "En Europa los periódicos te hablan del narcotráfico y que los latinos siempre te roban. La verdad es que la vida está súper buena por aquí. París es mucho más peligroso que La Paz”.
El lugar tiene una capacidad máxima de ocho personas, la estadía puede prolongarse por días o varias semanas, en casos especiales, por las reparaciones que necesiten hacer a sus bicicletas.
El mundo es más amable...
La mayoría de los cicloviajeros se entera de la Casa de Ciclistas en el camino y gracias a otros que como ellos viajan impulsados por la fuerza de sus piernas.
Es durante el tiempo de su estadía que estos muy particulares ciclistas inician una amistad entre ellos y con Conitzer que, al ser secretario general de la Asociación Departamental de Ciclistas de La Paz y Comisario Internacional de Ciclismo, los insta a participar de actividades y competencias de este deporte.
Para él, se trata de afinidad, de haber establecido un "tambo” de ciclistas en donde exista confianza. "Es una casa que tiene historia, un legado valioso, con paredes llenas de cuadros (…). El altruismo del que hablo viene del pasado (en la época de Yolanda Bedregal) en el que estoy seguro que en esta casa se recibía a muchos artistas”, finaliza.
Es al llegar a la casa o por Internet que los cicloviajeros se enteran de su valor cultural. Como Henderson dice "viajar con una bicicleta ayuda a las personas a que sean amables contigo, es una llave que abre puertas. El mundo es un lugar mucho más amable de lo que creemos”
Datos y detalles
Reciclaje Todo el material de plástico y de vidrio que se utiliza en la Casa de Ciclistas se lleva a lugares de recolección para su reciclaje.
Viajes Los cicloviajeros realizan viajes desde los dos meses hasta varios años.
Reparación El trabajo que más se realiza en las bicicletas de los viajeros es reparar los ejes centrales, cambio de llantas, cambio de aros, también se hace el mantinimiento general.
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