Uno de los espacios que aún no han sido puestos a disposición para la exhibición del público, son las caballerizas que se encuentran en la Casa de la Cultura "Simón I. Patiño", dependiente de la Universidad Técnica de Oruro (UTO), que según sus autoridades, son la reserva museográfica del lugar.
Este lugar histórico se encuentra en la parte Este de la Casa de la Cultura, en la planta baja, con un pequeño patio y doce caballerizas, pertenecieron al Barón del Estaño, Simón I. Patiño.
JEFE
El jefe de Extensión Cultural de la UTO, Maclovio Marconi, manifestó ayer que por el momento no pueden ser exhibidas las caballerizas, porque tienen una utilidad administrativa.
"Tenemos la seguridad que con los trabajos de reordenamiento que se han iniciado y en el futuro, podremos mostrar este espacio que pocas personas conocen de la existencia de estas caballerizas, a más de conocer las carrozas que están en la sala de lecturas de nuestro museo. Si hay carrozas, obviamente tendría que haber un espacio destino a los caballos del Barón del Estaño", indicó.
Argumentó que las caballerizas fueron restauradas en 1989 con el Instituto Boliviano de Cultura, que era la instancia encargada de proteger el patrimonio cultural de Bolivia.
CABALLERIZAS
Las caballerizas fueron construidas entre 1900 a 1903, junto con toda la estructura de la Casa de la Cultura. El medio de transporte que utilizaba Simón I. Patiño eran las carrozas, lujosas e importadas de Francia. Los caballos tenían una atención muy particular, ya que había un espacio para cada cuadrúpedo, además de un patio donde se desarrollaba la limpieza de cada animalito.
"Las caballerizas tienen en el lado Oeste, los bebederos y comederos donde los caballos eran alimentados y en el lado Este, los espacios de descanso. Los pisos están en base a chocos (troncos) de madera que permitía la absorción de la humedad y además que tiene un sistema de drenaje para las aguas servidas, que servía para mantener el espacio en condiciones adecuadas para este tipo de animales que eran útiles para el transporte", explicó.
Las puertas de las caballerizas que tienen más de 100 años, son tan consistentes que en varias de ellas se observa la huella de los embates que sufrieron por las patadas que dieron los caballos.
"Están en buenas condiciones y forradas con láminas planas de plancha lo que hace que la madera se proteja de la humedad. También tienen unos escotillos, cuya finalidad era controlar el comportamiento del animalito en el interior y de esa manera se ha podido administrar de manera adecuada", señaló.
Asimismo, se encontraron una variedad de monturas, correas que se exhiben en el museo en una parte y la otra es conservada para su exhibición.
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