Después de 10 días, la décima versión del Festival Internacional de Teatro de La Paz (FITAZ) cerró el telón con el pedido de más apoyo al teatro boliviano. Entre aplausos y gritos, el actor Luis Bredow, flamante ganador del Kusillo de La Paz, demandó al Gobierno gestionar el ingreso de Bolivia a Iberescena.
"Recibo este Kusillo con la satisfacción que tiene un servidor cuando recibe una demostración de que ha sido fiel en su trabajo”, dijo Bredow, quien semanas antes rechazó el premio Eduardo Abaroa. También, el artista motivó a las nuevas generaciones para hacer más teatro y destacó el rol de los festivales.
"Antes de retirarme quiero aprovechar la presencia del Ministro de Culturas para pedirle delante de todos ustedes: señor Ministro, el teatro necesita dar un paso más y hay un mecanismo internacional que sirve para el desarrollo del teatro de todos los países de Latinoamérica. Se trata de Iberescena, que es un convenio entre gobiernos de casi todos los países de Latinoamérica, Centroamérica y Europa para el intercambio del trabajo teatral. El teatro es un arte colectivo, no podemos seguir siendo sólo bolivianos los que desarrollemos el teatro boliviano”, sostuvo.
Minutos antes, el ministro de Culturas, Marko Machicao, subió al escenario para entregar el reconocimiento póstumo Marina Núñez del Prado a la familia del fallecido pintor orureño Raúl Lara por su aporte a la cultura. En ese instante, por unos segundos, varias personas silbaron a la autoridad. Sin embargo, la gente guardó silencio cuando vieron a la viuda del artista Lidia Caiguara. "Comparto con ustedes una parte de la vida de Raúl. Gracias”, dijo con la voz entrecortada.
La ceremonia de clausura fue en el Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez. Más de 500 personas asistieron a la última función del encuentro escénico. Y por más de una hora, Mondacca Teatro se apoderó del escenario y cerró el FITAZ con Delirio de Lara.
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