Daniel Calisaya lleva cinco años y seis meses en prisión. Recientemente fue trasladado desde el penal de San Pedro hasta el Centro Qalauma, en la ciudad de Viacha. Ahora forma parte de los 85 internos que conviven en el penal destinado a la rehabilitación de jóvenes privados de libertad de entre 16 y 21 años.
Calisaya destaca que uno de los principales alicientes que ha encontrado en el nuevo penal es el programa Liber’Arte. Se trata de un proyecto para promover el ejercicio de todos los derechos de los reclusos a través del arte-terapia. Está impulsado, desde el año 2012, por Progettomondo Mlal y el Instituto Superior Ecuménico Andino de Teología (ISEAT), con el financiamiento de la Unión Europea.
Tiene el objetivo de implementar el arte-terapia como herramienta para la reinserción social de los adolescentes y "abrir horizontes más humanizados y humanizadores dentro del contexto penitenciario”. En este marco organiza una serie de actividades y talleres de formación en diversas artes y especialidades.
"Lo que más me ha gustado son los talleres de video y música autóctona”, revela Calisaya. Es la primera vez que recibe una formación de este tipo y afirma que seguirá profundizando en ella cuando cumpla su sentencia y salga del penal. Además, para él es una forma de "evadirme y olvidarme de algunas cosas que prefiero no recordar”.
Mayra Bautista es la responsable cultural del proyecto y explica que se imparten talleres de baile, teatro, música, fotografía, pintura, entre otros. "Los jóvenes pueden canalizar su energía (a veces de ira y rabia) que permanece contenida, porque en las actividades creativas que realizan hablan, saltan, corren y, en definitiva, pueden expresarse”, matiza Bautista.
En su opinión, este tipo de actividades resulta muy saludable, además de ser una forma "excelente” de ocupar el tiempo de los jóvenes; además -dice- les ayuda a relajarse y desahogarse”.
Ronald Cristian Mamani tiene 19 años y lleva casi dos en el centro. Con el programa Liber’Arte está aprendiendo agronomía. Es su actividad preferida: "Tenemos un huerto donde plantamos papas, lechugas y hartos cultivos que luego vendemos o los utilizamos en la cocina”.
Según reconoce el joven de 19 años, antes de entrar en el centro no le gustaba "ni estudiar ni trabajar”. Por eso valora el proyecto y es uno de sus alumnos más activos. Sobre todo le gusta el trabajo manual y la pintura.
En su caso ya cuenta con una sentencia de cinco años y cuatro meses; sin embargo, su compañero Calisaya, después de más de cinco años recluido, aún no ha recibido la correspondiente resolución judicial.
Bautista recuerda que tras la aprobación de la última legislación en este ámbito, muchos privados de libertad se han acogido al indulto. "Los reclusos se declaran culpables y el juez emite sentencia. En el caso de que se hayan cumplido las tres cuartas partes de lo sentenciado, se puede salir en libertad”, explica.
Sin embargo, considera que ésta no es la solución para agilizar los procesos judiciales. De los 85 internos del centro Qalauma, sólo siete tienen sentencia.
Por otra parte, la responsable cultural aclara que al programa "no le interesa el delito que haya cometido el recluido, porque nuestra misión no es juzgar a nadie”. De hecho, ése es el mensaje que transmiten a los artistas y personas relevantes del ámbito cultural que colaboran con el proyecto: "Nadie está libre de caer en un error en la vida”.
Uno de los objetivos de Liber’Arte consiste en sensibilizar a la población civil sobre los procesos de reinserción social.
"Los adolescentes deben tener un lugar propio”
El centro Qalauma es la primera institución en Bolivia destinada exclusivamente a colaborar a jóvenes reclusos entre 16 y 21 años, que tiene como principal objetivo garantizar sus derechos, así como su reinserción en la sociedad. Según la legislación nacional (Ley 2298), los menores de 21 años no tienen que cumplir sus resoluciones judiciales con los adultos.
La iniciativa surge a raíz del trabajo común entre Progettomondo Mlal, la Diócesis de El Alto y el Gobierno boliviano.
El centro tiene capacidad para acoger a 150 jóvenes varones (en la actualidad el número de internos asciende a 85). La infraestructura, de cuatro hectáreas, se construyó con la finalidad específica de que los internos dispongan de suficiente espacio para evitar el hacinamiento.
Desarrolla un modelo socioeducativo que consiste en promover programas de formación ocupacional y profesional.
En este sentido, se imparten talleres de carpintería, panadería, serigrafía, artesanía y crianza de animales menores.
Al mismo tiempo, hay en Qalauma áreas específicas donde se realiza una amplia variedad de actividades didácticas relacionadas con las artes humanísticas. También cuenta con un centro espiritual y polifuncional para el deporte.
Desde el año 2006, el centro Qalauma se incorporó al Sistema de Centros Penitenciarios Nacional. Está ubicado en la ciudad de Viacha, en la comunidad Surusaya Suri Panta.
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