miércoles, 18 de diciembre de 2013

Una exposición profundiza orígenes del Tío de las minas


La exposición en la Casa de la Libertad, detalla la vida de los mineros y su relación con el "Tío", además de mostrar minerales y piedras preciosas

Juan Pedro Debreczeni

Los misterios del “Tío” de las minas se exponen en la Casa de la Libertad. Una muestra inédita en Sucre, que ahonda en sus características físicas y espirituales en torno a sus dominios en el mundo subterráneo.
Organizada por la Casa Nacional de Moneda de Potosí, la exposición se denomina “El Tío, Señor de los minerales”. A través de fotografías se aprecia la imagen del Tío en minas ubicadas principalmente en Oruro y Potosí. Con pequeñas diferencias físicas el público podrá reconocer elementos comunes a la figura pagana: los cuernos y la barba de chivo, patas de cabra, ojos brillantes y un prominente falo, símbolo de virilidad. “Es decir el Tío es capaz de preñar a la Pachamama (Madre Tierra) con los minerales que él quiere”, señala la explicación.
El ídolo se constituye en el guardián de los minerales que atesoran las entrañas de la tierra, y los mineros, a través de ofrendas en coca y alcohol, solicitan al Tío les permita extraer estas riquezas para su beneficio.
“Para construir un Tío se utiliza un trozo grande y puro de mineral que se explota en la mina. Este trozo sirve de base, luego se utiliza barro u otros materiales para forma su cuerpo y darle un aspecto imponente”, detalla la exposición abierta al público hasta fin de mes.
Entre otros elementos de la muestra se incluyen fotografías de mineros en diferentes periodos históricos, desde el siglo XIX hasta tiempos contemporáneos. En las imágenes se constata las paupérrimas condiciones en las que hombres y mujeres entregan sus vidas para extraer las riquezas del subsuelo.
Asimismo, se exponen minerales y piedras preciosas en estado bruto, elementos provenientes de diferentes regiones y estratos geológicos del territorio nacional.

Las raíces del Tío

Se cree que el “Tío” fue introducido entre 1676 y 1736. Utilizando como nexo el término español de parentesco “Tío”, los mitayos buscaron un vínculo que estableciera una relación de parentesco con la divinidad.


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