Si bien Guzmán ya tenía cierta trayectoria en el ambiente teatral porteño, fue con El bululú que se ganó absolutamente al público y el respeto de sus colegas.
“Cuando comencé a estudiar teatro, un profesor me pasó una grabación de El bululú original, en el que escuché los textos de José María Vilches y quedé impactado”, contó Guzmán a La Razón a modo de explicar el origen de la obra con la que llegará a La Paz.
Vilches fue un actor que recorrió la Argentina con la mencionada obra. Por medio de ésta rescataba la experiencia de los viejos actores españoles que transitaban de pueblo en pueblo entreteniendo a públicos diversos a veces sólo por un plato de comida, explica Guzmán. Además, en la pieza también realizaba un homenaje al origen del teatro rioplatense: el circo criollo. Vilches falleció en 1984 en un accidente de tránsito.
Pero Guzmán decidió reponer la obra hace dos años, primero con la ayuda de su amigo Mauricio Ayub y ahora con la de su pareja, Leticia, con quien llegará al país de sus padres por primera vez, para presentar El bululú en el Teatro Municipal el martes 3 de abril.
“Vilches integraba en una pieza dos patrias: Argentina y España. Era una obra muy íntima”, manifestó Guzmán. Entonces, su desafío consistió en apropiarse, en el buen sentido del término, de la obra del español. Su esposa, que tiene mucho aprecio por la cultura andina, le dijo que escarbara en sus recuerdos, que buscara sus raíces bolivianas para utilizarlas en la obra. Guzmán le hizo caso y juntó tres patrias en El bululú: la suya, Argentina, la de Vilches, España, y la de sus padres, Bolivia.
El éxito fue inmediato, la crítica lo aclamó, pero eso no infló el ego de Guzmán. Sigue siendo un hombre sencillo, que atiende sin problemas los requerimientos de la prensa o de la gente, que lo reconoce en la calle después de haber visto su rostro en varias series televisivas y en un par de películas.
El actor de 41 años (los cumple el próximo sábado) ha ganado muchos premios, entre ellos: Premio Estrella de Mar 2011, Premio José María Vilches 2011, Premio Mejor Adaptación y Mejor Actuación Teatro del Mundo 2010.
Quizá el más importante haya sido el que le concedió la Legislatura de Buenos Aires, nombrándolo “Personalidad Destacada de la Cultura” el 3 de diciembre de 2009. “Fue un reconocimiento no sólo a mi trabajo, sino al de mis padres, de mis familiares, que estaban ahí conmigo, muy emocionados, cuando recibí la distinción”, recuerda, y se confiesa, a su vez, emocionado por el inminente encuentro con sus raíces.
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