“Voy a guardar silencio hasta la muerte”, dice Bizot y reafirma así su amor incondicional por la pantomima.
Desde el jueves, Bizot se presenta en el Teatro de Cámara con la obra 40 años de silencio. Tras su última actuación de esta noche seguirá de gira en otros países de la región.
Sobre el inicio de su pasión, se remonta a sus ocho años, cuando vio una presentación de Marcel Marceau, quien tiempo después lo convirtió en su discípulo. “En ese momento sentí que el silencio era mi único lenguaje”, comenta a Página Siete.
-¿Qué representan estos 40 años de silencio?
-Fue una trayectoria de sueño. En estos 40 años he hecho lo que he querido hacer. Amo mi arte de una manera tremenda y genial.
Este tiempo de silencio me ha permitido conocer muchos países y ganar amigos. He logrado llegar a lo más alto de mi carrera, ahora doy talleres y me presento únicamente por placer.
- ¿Cuándo conoció Bolivia, qué impresión se llevó?
- Visite por primera vez este país a mis 18 años. Fui invitado por el colegio Franco Boliviano y fue una experiencia tan bella y exitosa que he regresado incontables veces. Desde el primer día tuve una conexión muy especial con el pueblo boliviano y siempre que pueda voy a regresar.
-¿Qué es lo que más le cautivó de este país?
- El público. He actuado muchas veces en el Teatro Municipal, pero también tuve la oportunidad de presentarme en otros escenarios. Además, en varias ocasiones compartí con los chicos de la calle, de los hospitales, de las poblaciones rurales...
Me fascinan las culturas bolivianas y sus paisajes, aunque confieso que no he podido conocer mucho del país.
-¿Cómo quisiera que el público boliviano lo recuerde?
-Como alguien que les regaló buenos recuerdos.
-¿Qué recomienda a los jóvenes que quieren ser mimos?
- Lo más importante es ser auténticos y además descubrir la geografía de su cuerpo.
-¿Algún propósito para el resto de su carrera?
-Voy a guardar silencio hasta el día de mi muerte y seguiré actuando mientras tenga fuerzas.
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