Gigantesco, el montaje de Los sonidos de la libertad, de la Gran Orquesta y Coro 450 años, hizo que aflore la emoción de cientos de espectadores aglomerados en la plaza 24 de Septiembre, en torno a la catedral.
El público disfrutó de la obra del maestro compositor y director César Scotta, que dejó apreciar la suite Las misiones -El bosque, Fusión, Mestizaje-, su versión del Himno Cruceño en la voz de Laura Camacho, y una última parte con los solistas Ronaldo Vaca Pereira, Guísela Santa Cruz, Tingo Vincenti y Camacho, que interpretaron El trasnochador, Niña camba, Ladrón de corazones, Taquiriquiré y Ciudad errante.
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