sábado, 22 de septiembre de 2012

Gema deja su huella en el Kiosko

Cada dos meses diferentes artistas pasan por la “residencia” del Kiosko que es un espacio que muestra lo mejor del arte contemporáneo del país, con exposiciones, talleres y cursos. Este 28 de septiembre a las 20:00 se presentan los trabajos finales de la española Gema Ruperez que también es una de las ganadoras de la Bienal.

Gema Ruperez Inicios. Estudió Arte en la facultad de San Carlos en Valencia, pero quizás algo trascendental para ella fue estar en la Academia di Belli Arti en Urbino Italia "siempre cito mi estancia en Italia como punto de partida con el lenguaje en el que ahora me desenvuelvo, pero toda mi trayectoria en general tiene que ver con esto.

Y sobre sus inicios en arte “contemporáneo” en sí comenta que “podría considerar muy contemporáneo garabatear la enciclopedia de mis padres con 3 años, aunque no fuera consciente ya existía un interés por transformar la realidad”.

Sobre la residencia. El proyecto de Gema tiene vida propia y como tal evoluciona y cambia en relación a las posibilidades. No obstante, como ella comenta “no ha sufrido cambios de concepto y materia, más bien una cuestión de adaptación al medio, al espacio” y afirma que este período de su residencia está siendo un continuo aprendizaje “sobre la ciudad, su cultura y su gente. Esto lo convierte en una experiencia inolvidable más allá de cualquier expectativa”, señala Ruperez. “One Way” el proyecto se gestó a muchos kilómetros de Santa Cruz desde un análisis externo de los elementos y “sin duda en Bolivia cobra toda su razón de ser de una forma mucho más concreta". Acerca del movimiento artístico de la ciudad Gema lo siente con sed, "con una buena energía de proyección pero todavía carente de una buena plataforma de arte contemporáneo que genere más movimiento cultural", señala para finalizar.

One Way. Este es el nombre del trabajo de Gema. Es la construcción de un pasillo ficticio con tabiques imaginarios, " ayudan a enfrentarse a lo que está fuera o dentro, involucrando lo público y lo privado", señala. Son veinticuatro largas trenzas de cable de acero que definirán dicho pasillo que solo tiene sentido con el tránsito del espectador, que al introducirse atravesará el espacio pero también el tiempo. La elección de este elemento que entra en juego como principal estructura, tiene que ver con la conversión de la fragilidad en fortaleza. "La trenza está asociada a una parte estética femenina, pero sobre todo hay una fuente tradicional que une costumbres y generaciones. En este aspecto la mujer ha sabido construir patrones que han ido creciendo sólidamente enriqueciendo la sociedad y la cultura actual pero sin olvidar su pasado", finaliza Gema.

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