Los mejores tatuadores se reunirán los días 7, 8 y 9 de noviembre en La Paz.
Nick Baxter, Adam France y Melissa Fusco, de Estados Unidos; Emilio Gonzales, de Venezuela; Luis Bonilla, de Costa Rica; Federico Ruiz y Adolfo Rubio, de México, y Javier Jade, de Perú, junto al boliviano Gunnar Quispe forman algo como la élite mundial de tatuadores. Ellos y otros artistas más estarán presentes en la segunda versión del Art Tatoo Bolivia, que tendrá lugar entre el 7 y el 9 de noviembre en salones del Club de La Paz.
Éxito absoluto. Después del éxito con el que concluyó la primera versión de esta actividad, hace dos años en La Paz, el maestro Gunnar Quispe se aboca a organizar la segunda edición.
Según refiere él mismo, en esta ocasión persigue "desmitificar el arte del tatuaje en Bolivia, instruir a los bolivianos sobre esta especialidad, generar un bien social con la participación de los artistas, establecer que esta convención tenga carácter bianual en el país, compartir las técnicas y generar intercambio entre los artistas tatuadores".
Quispe destacó que, en esta oportunidad, el auspicio del Servicio Departamental de Salud (Sedes) garantizará que todos los tatuajes sean hechos bajo estrictas normas de higiene y salud, pues personal de esta institución estatal impartirán un taller sobre contaminación cruzada.
El tatuaje es una actividad que ha ganado adherentes en el curso de los años recientes y se ha difundido de manera tal, que exige de quienes lo practican un alto grado de especialización.
En esta oportunidad, el ingreso general al Club de La Paz costará 10 bolivianos.
Los participantes. Se espera la presencia de 50 invitados extranjeros y alrededor de 100 artistas provenientes de todo el país.
La estrella, sin duda, será el joven estadounidense Nick Baxter, cuyos clientes esperan hasta por tres años para que les deje su marca indeleble debajo de la piel, aunque no menos estelar es el venezolano Gonzales.
Sanjinés cuenta con reconocimiento del Estado como artista, pues cursó estudios superiores en la materia y se actualiza permanentemente, por lo que asiste a los más importantes encuentros del mundo, que se celebran en Las Vegas, Nueva York y Londres, a cuyo nivel desea posicionar a La Paz.
"Es difícil ser tatuador y, además, exige que uno haga inversiones para mejorar los equipos y la técnica que empleamos. Debemos ser conscientes de lo que hacemos en nuestro trabajo".
Una de sus actividades es la organización de la que ha calificado como la Convención Más Alta del Mundo.
6 empresas privadas y el Servicio Departamental de Salud de La Paz, auspician la Convención más alta del mundo.
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