El edificio donde se levanta el Museo Nacional de Arqueología fue el hogar del ingeniero e investigador austriaco Arturo Posnansky. Se construyó entre 1916 y 1919 con un diseño neotiwanacota, es decir replicando la simetría de la pirámide de Akapana.
Apenas habitable, la casona ya empezó a funcionar como repositorio y fue bautizada como Palacio Tiwanaku. Posnansky vivía allí y también montó una galería y una biblioteca. El austriaco quería dar a conocer las piezas arqueológicas que encontró en Tiwanaku y en las islas del Sol y de la Luna.
El Palacio Tiwanaku está hecho a base de ladrillo de cerámica, aunque algunos muros están conformados de bloques líticos de piedra comanche finamente labrada. Tiene tres plantas: un ambiente semisubterráneo, un primer y un segundo nivel. La parte posterior nunca fue terminada de construir.
El ingreso tiene un dintel de piedra andesita que es muy similar a los bloques líticos que se encuentran en Tiwanaku. Para su construcción Posnansky importo desde Alemania cemento blanco, mientras que para los aleros hizo traer bloques desde Austria.
El edificio está adornado por una serie de esculturas, entre las que destacan los pumas con cabezas humanas que se hallan en el dintel de la puerta principal. Esta construcción recibe al visitante con una doble escalera imperial también ornamentada con figuras tiwanacotas.
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