miércoles, 23 de mayo de 2012

Un museo de Sucre reconstruye rostros prehispánicos

Expertos del Museo Antropológico y Arqueológico de la Universidad de San Francisco Xavier de Sucre culminaron el trabajo de reconstrucción facial de cuatro cráneos de origen prehispánico, parte de una colección de 53 de estas piezas óseas que se resguardan en sus depósitos.

Un proyecto -cuya finalidad es conocer cómo eran los rostros de los hombres y mujeres que habitaron el territorio de la actual Bolivia antes de la conquista española- dio paso a que se desarrolle por primera vez en el país el proceso de reconstrucción facial, que consiste en establecer los rasgos anatómicos del rostro de una persona a partir del cráneo.

Para ello se usan puntos cefalométricos, parámetros específicos de medición del cráneo humano que ayudan a establecer el grosor y altura de los músculos y la piel de diferentes áreas de la cabeza y la cara.

Según los especialistas, este proceso -que se efectuó por primera vez en el país y sentó así las bases para futuras investigaciones en el campo- se podría comparar con la ubicación de una región a partir de las referencias de un mapa.

Paso a paso

Edmundo Salinas, director del repositorio, explicó que la mayoría de los 53 cráneos fue recolectada por investigadores; otros fueron donados o adquiridos por la institución desde los años 40 del siglo pasado.

Una vez analizados minuciosamente para este proyecto se seleccionaron cuatro: uno femenino, procedente de Mojocoya, y otros tres masculinos de Icla, que posiblemente perteneció a un hombre de la cultura yampara; de Río Chico, un área de alta confluencia cultural, y, por último, uno con claros signos de haber sido sometido a una técnica de modificación craneal.

El primer paso para la reconstrucción facial fue conseguir datos cefalométricos de pobladores actuales de las regiones de donde procedieron los cráneos seleccionados.

De esta forma se pudo obtener información referencial para establecer los 21 puntos cefalométricos necesarios para la reconstrucción facial.

El siguiente paso fue -a partir de esta base de datos- efectuar un boceto en 3D de los cuatro cráneos, mediante el software Facial Studio, que entrega una imagen digital básica de los cráneos que los especialistas usaron como guía para la reconstrucción.

Inicialmente se hicieron réplicas en yeso, en las cuales se colocaron diferentes señaladores o referencias para reconfigurar rasgos específicos, como pómulos, cejas o quijada.

Según los especialistas, los resultados alcanzados son muy aproximados, aunque no exactos, ya que los músculos, tendones y todos los tejidos que forman el rostro humano no pueden ser reproducidos sin algún margen de error.

Una vez finalizado el trabajo, aunque los cuatro cráneos dan una idea clara de cómo se veían los antiguos habitantes del país, algunos detalles de los ojos, la boca y los oídos no pueden ser reconstruidos en su totalidad, ni siquiera mediante otras técnicas de vanguardia empleadas en otros países.

Pasado prehispánico

El museo fue fundado en 1944 y desde entonces es el principal centro de acopio de material arqueológico y antropológico del departamento de Chuquisaca. En estas casi siete décadas reunió importantes colecciones de restos óseos, objetos y utensilios de diferentes culturas precolombinas.

Cuenta con algo más de 3.000 piezas inventariadas y alrededor de 1.500 de éstas se encuentran en exposición.

En las salas de este museo se puede apreciar la cronología cultural prehispánica de Chuquisaca, a través de diferentes divisiones y categorías.

Destacan la Sala de Arte Rupestre, que cuenta con reproducciones de seis sitios rupestres del departamento, y la Sala de Antropología Física, que incluye los cráneos y momias prehispánicas.

El Centro de Investigación Arqueológica CIAR, que forma parte del museo, tiene la finalidad de ejecutar, apoyar y asesorar proyectos de investigación antropológica y arqueológica en el departamento, además de promover la interacción con la sociedad. Fue por su intermedio que se propició el proyecto de reconstrucción facial.

Cráneo 1
Procedencia Mojocoya.


Edad de 20 a 30 años


Sexo Femenino


Ficha científica El área geográfica de origen de la pieza hace posible su correspondencia con la formación social asociada a la cerámica mojocoya. Se presume, por informaciones orales, que fue obtenido de uno de los complejos funerarios en cuevas o abrigos de la región de Mojocoya.


Región El municipio de Mojocoya se encuentra asentado en la nación indígena mojocoya, que se organizó en el sistema de ayllus.




Cráneo 2
Procedencia Icla


Edad de 30 a 40 años


Sexo Masculino


Ficha científica El área geográfica de Icla, según datos históricos, fue en el pasado prehispánico asiento de varios grupos sociales asociados a la cerámica Yampara; el origen de esta pieza hace posible que corresponda a este grupo.


Región El municipio de Icla se halla situado al noroeste del departamento de Chuquisaca y al sur de la provincia Zudáñez, comprendida en la zona de las sierras subandinas de diferentes rangos altitudinales.




Cráneo 3
Procedencia No identificada.


Edad de 30 a 40 años


Sexo Masculino


Ficha científica La procedencia de esta pieza es desconocida. Sin embargo, la notable deformación y su estado de conservación hicieron que fuera seleccionado para reconstrucción facial. Es probable que corresponda a alguna región del departamento de Chuquisaca, Mojocoya o Yampara.


Región La cultura yampara tuvo su apogeo entre los siglos XI y XV.




Cráneo 4
Procedencia Río Chico.


Edad de 30 a 40 años


Sexo Masculino


Ficha científica La región geográfica del Río Chico fue, en el periodo prehispánico, un área de confluencia cultural, de grupos sociales de los valles de Chuquisaca y del altiplano, especialmente de márgenes del lago Poopó.


Región Río Chico pertenece al municipio de Camargo, uno de los valles más importantes del país conocido por la producción de uva para vinos y singanis.



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