Juan Carlos Porcel (30 años) y Felipe Porcel (25) son personas unidas no solamente por lazos fraternales, sino debido a su afición por las historietas. Paceños radicados en Santa Cruz, uno es ingeniero de sistemas y el segundo se forma como diseñador gráfico, profesiones en todo caso afines para el objetivo de contar historias a través de las viñetas. “De esto queremos vivir a futuro”, dice Juan Carlos en una charla por teléfono (que luego sostendremos con el hermano menor), esperanza que también alimenta Felipe.
Autodidactas, dicen que comenzaron a interesarse por el género de tanto ver Dragon Ball en la televisión. Y cuando Juan Carlos cursaba el último año del colegio, todavía en La Paz, se puso a dibujar; Felipe tomaría eso de hacer historieta en serio, sólo cuando ingresó a la universidad. Como sea, lo cierto es que con el tiempo, ambos sintieron la necesidad obvia: compartir sus creaciones. “Como publicar en papel no es fácil, comenzamos a usar la internet”.
En 2009, los Porcel, que ya se habían unido a otros comiqueros, como los que son parte de la revista El Vozetero que se publica en Santa Cruz, se animaron a participar del I Concurso de Historietas Petrobras, convocado por la petrolera, Viñetas con Altura y la Cámara del Libro de La Paz. Su trabajo, Una mañana…, la historia de unos niños que viven el colegio como un lugar monstruoso (nada que ver con la realidad, aclara el ingeniero de sistemas), disputó el trofeo hasta el último momento, aunque terminó por ceder ante El Kusillo ( Óscar Zalles, Jorge Siles, Alejandra Ramírez). Los hermanos no iban a rendirse, así que insistieron en el mismo certamen en 2010, con Ciudades oscuras, un trabajo de equipo junto a MiRo Bazoalto, cabeza de El Vozetero. Y ganaron el primer premio. La segunda parte de esa creación que habla de un mundo paralelo al humano, donde impacta cada acción que aquí se realiza, aunque los espíritus y criaturas de ese espacio no lo sepan, está en proceso de ser terminada, con el objetivo de que se presente en la Feria del Libro de Santa Cruz (31 de mayo al 10 de junio).
Felipe confiesa que no son de su gusto los cómics de superhéroes, aunque en su niñez tampoco pudo tener acceso a otro tipo de trabajos. “Ahora busco más y la internet es una vía que abre las posibilidades para encontrar una variedad de trabajos, sea porque alguien los ha pirateado, sea porque hay sitios de acceso gratuito. Me inclino por aquello que se parezca a lo que me gusta hacer, algo fantasioso”.
Juan Carlos asume la historieta como una herramienta para contar historias, ni más ni menos. “Al principio, cuando publicaba en internet, reflejaba cosas de mi vida, cosas que me pasaban; ahora… más o menos es lo mismo, pues los personajes siempre tienen algo de mí”.
Viñetas con Altura, entidad que reúne a los historietistas en La Paz y que organiza el Festival Internacional de Historietas —que este 2012 cumple una década— es un espacio en el que “tratamos de estar siempre”, dice Juan Carlos.
De la historieta que se hace en el país, Felipe piensa mucho, como si se esforzara por recordar, y finalmente menciona a Román Nina, “cuyo trabajo admiro”, y Álvaro Ruilova, “el único que ha logrado publicar fuera del país”. Juan Carlos enumera a Jorge Siles, Joaquín Cuevas, Susana Villegas, Álvaro Ruilova, Cecilia Delgado y Miguel Choque como aquella gente de cuya creación está al tanto.
“Ojalá creciera el interés por los cómics”, expresa el futuro diseñador gráfico. Porque “muy poca gente parece interesarse; lo veo en mis compañeros de universidad, entre los que casi nadie lee: a la mitad de ellos no les importa y la otra mitad tiene interés, pero conoce muy poco”.
Por ello, “hasta ahora, cómic y mi trabajo con la ilustración van por separado; quiero decir, la historieta es más un hobby porque no es remunerativo. Por supuesto que quisiéramos vender para llegar a vivir de esto algún día”, concluye, lo mismo que su hermano.
¿Qué tendría que pasar para que el interés del público se oriente hacia el cómic? “Reconstruir la sociedad boliviana”, dice Juan Carlos, medio en serio medio en broma. Y de inmediato añade: “Con un poco de publicidad, de interés de los medios, se podría ir generando la expectativa. Creo que siempre habrá alguien que se interese, el problema es que no sabe que existen autores en Bolivia”. Y confirma para sí mismo: “publicidad y tiempo, eso hace falta”.
Mientras pasa tal tiempo, “historietistas hay cada vez más. Lo veo en el festival de La Paz, siempre con stands nuevos; crece lento pero seguro”, apunta Juan Carlos.
¿Y en Santa Cruz? “Hay mayor interés por el manga y el animé; pero igualmente hay gente que está buscando otras formas de expresión en la historieta”.
En Santa Cruz, los Porcel tuvieron un encuentro providencial con MiRo Bazoalto (23 años), creativo que estudia diseño gráfico, que dibuja desde los 15 años y es un aficionado del cómic internacional y nacional, que lee como “ferviente coleccionista”. No sólo eso, sino que edita El Vozetero y encabeza la empresa Paranoia Studio, donde trabaja con los Porcel y donde el trío aprovecha para unir talentos, como ahora que da los retoques a la saga de Ciudades oscuras.
El tercer mosquetero y Escape
“Leo de todo, en especial me gusta el género policial, que también dibujo”, explica quien, en todo caso, se decanta por el trabajo en equipo. “Creo que es lo mejor: uno hace el guión, otro dibuja, otro pinta; entre todos se discute y salen obras más completas, más críticas de las que podríamos hacer en forma aislada”. Como buen coleccionista, Bazoalto es capaz de dar las señas precisas de tiendas de revistas que aparecen en Cochabamba y en La Paz, de las que se dice casero. Pero también, Paranoia Studio, además del trabajo que realiza en el campo del diseño gráfico, tiene un espacio en la avenida Radial 19 N° 50, donde ofrece cómic nacional, ilustraciones propias, poleras, todo destinado a crear público.
En cuanto a autores nacionales, “leo a Álvaro Ruilova, a Susana Villegas, principalmente, y me gusta también lo que hacen Óscar Zalles y Román Nina”. Para estar al tanto, sirve internet, “y en los eventos, como el festival de Viñetas con Altura, aprovechamos para hacer intercambios (de producto) con otros colegas”.
Sobre el lector en Santa Cruz, dice que si bien es evidente la falta de costumbre para adquirir cómic, “una vez que nos conoce, hay gente que nos apoya bastante”.
Un ejemplo del trabajo en equipo es la historieta El dueño del monte, con guión y dibujo de Bazoalto, fondos de Felipe y color trabajado por Juan Carlos. El tema es medioambientalista, basado en una leyenda oriental, que la revista Escape publicará en tres entregas (20, 27 de mayo y 3 de junio), dando continuidad a la página que ha tenido ya las firmas de Ruilova, Alejandro Archondo, Susana Villegas y Frank Arbelo. l
Fotomontaje: Juan Jose quispe
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