Trabajando minuciosamente en pliegues que miden milímetros, las manos de Paola Gutiérrez y Bryan Condori dan forma a los papeles de regalo que envolvían los presentes de su boda. En su pequeño taller en la zona de Chuquiaguillo, esta pareja crea alrededor de 60 piezas de bisutería a la semana utilizando la milenaria técnica oriental del origami.
Hace cuatro años comenzó la afición de ambos por el origami. Después de un tiempo, al notar que Gutiérrez coleccionaba aretes, Condori decidió hacerle un par de ellos empleando esta técnica oriental. Desde entonces ambos unieron esos dos pasatiempos para convertirlos en un microemprendimiento.
A familiares y amigos les llamó tanto la atención que la pareja hiciera joyas en versiones tan pequeñas, que empezaron a reservar sus ejemplares.
Así nació Bijorigami, que para septiembre de 2010 ya contaba con un pequeño puesto en la Feria Dominical de El Prado, que se mantiene hasta la actualidad.
Arte milenario y accesorios
Origami es el arte de origen japonés que consiste en el plegado de papel para obtener figuras de formas variadas. Es reconocido también por su potencial educativo en el cual las personas desarrollan su expresión artística e intelectual.
Con mariposas, caballitos de mar y formas geométricas, estos jóvenes elaboran dijes y aretes que en su mayoría no superan los tres centímetros y medio de diámetro. En la actualidad se encuentran experimentando en manillas y espejos.
“Bijorigami une las palabras bijouterie (término francés para bisutería) y el origami. Ahora ya tenemos un logo, envases y precios establecidos. Algo que no pensamos iba a suceder porque surgió en nuestro entorno íntimo y familiar”, cuenta Gutiérrez.
Entre los diseños más característicos de Bijorigami están las llamas, la rueda tridimensional de 14 piezas y flores hexagonales; las dos últimas son dos de los diseños más complicados de lograr debido a que pertenecen a la rama del origami modular, en la que varias piezas -y que en este caso son diminutas- se elaboran una a una para luego ensamblarlas y conformar un solo accesorio.
Lograr estos diseños puede requerir hasta tres horas de trabajo.
Sin embargo, la figura más complicada de lograr es una llamada “el último vals” de Neal Elías -diseñador estadounidense-, en la que a través de un solo papel rectangular se obtiene una pareja de enamorados bailando.
Reutilización y reciclaje
Como grandes aficionados a esta técnica, su objetivo es difundir este arte , pero utilizando papeles sobrantes que resultan de sus labores universitarias en la carrera de ciencias de la educación en la UMSA y reciclando otros tantos para obtener nuevas texturas en las que también utilizan hilos y otros materiales.
Para lograr que los aretes sean resistentes, tuvieron que empezar a experimentar con distintos recubrimientos y pegamentos para que la estructura resista la manipulación constante y su exposición al ambiente.
Experimentación y dedicación
Ante la mirada juguetona de sus tres gatos y un duende de papel, “los guardianes del taller”, la pareja dedica al menos tres horas al día los siete días a la semana a trabajar en su naciente emprendimiento.
“Siempre hacemos pruebas. Todo empieza a través de un boceto más grande para luego hacer el modelo en miniatura. Debido a las condiciones del clima el papel tiende a desteñirse o deshacerse con la lluvia, por ello reforzamos el soporte con celulosa y diversos barnices”, explica Condori.
El amor de ambos por el origami es casi tan antiguo como el que siente el uno por el otro, y radica en hacer diseños tridimensionales a partir de papeles que de otro modo serían desechados y que, después de algunas horas de trabajo, adquieren un nuevo significado asociado a la imagen y personalidad de quien luzca los accesorios.
De sueños
El objetivo de la pareja es lograr establecer una microempresa, capacitar a otras personas para que aprendan a hacer bisutería de origami y utilizar otras prácticas orientales como el kirigami, que es el arte del papel recortado que surgió en China, para lograr una mayor variedad de diseños.
Entre cientos de dobleces al día, esta pareja transforma los papeles en joyas creativas y modernas.
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