Los paceños aprendieron a convivir en una ciudad que avanza hacia la modernidad sin olvidar sus tradiciones y costumbres.
El mundo está en constante movimiento y los cambios se dan a cada segundo, sin embargo, lo antiguo y lo moderno llegan a convivir en armonía. Esta situación tan natural no es desconocida para el ciudadano paceño puesto que los cambios no afectan a la convivencia, y los valores y tradiciones se mantienen intactos en esta ciudad diversa.
El sociólogo David Mendoza está convencido de que el paceño es un buen ejemplo de convivencia. "Todo fluye y las cosas no se quedan estáticas. La ciudad y las personas van cambiando uno en función del otro y viceversa", manifestó.
La cultura y la identidad son fundamentales si se habla de un proceso de transformación. "Durante la colonización hubo un proceso de dominación ya que los extranjeros ejercieron su poder en base a intereses comunes de dominación, políticos, culturales y demás. Los paceños somos herederos de distintas culturas que conviven en la diversidad de la población". Dice que desde la llegada del tranvía, del sistema eléctrico y del teléfono, la forma de vida cambió en La Paz y la población analizó lo que era bueno y malo.
Si bien la tecnología puede mejorar un estilo de vida, no debe malograr la comunicación entre las personas. "Ahora los aymaras, campesinos y originarios se comunican mediante un teléfono celular, pero lo hacen en su idioma nativo. Estos procesos de cambio son naturales puesto que los paceños no se hacen problema. Pueden convivir con el teleférico y el Pumakatari dentro de la ciudad, y cuando salen a sitios alejados no tienen dificultad en usar hasta una carreta o un burro".
El paceño de a pie —agrega—siempre tiene la predisposición y cada día trata de adecuarse a un mundo moderno sin olvidar sus raíces tradicionales, pero algunos estudiosos son quienes generan problemas al afirmar que lo moderno rompe los esquemas de lo tradicional.
"Algunas personas solo ven lo nostálgico, pero el mundo cambia y sin querer cada uno lo manifestamos al usar un tipo de ropa, con el modo de hablar, etc. En la actualidad hay mamás que controlan a sus hijos mediante whatsApp o Facebook, situación que antes era impensable pero que hoy sí se da con normalidad. No hay contradicciones entre lo tradicional y moderno, es un proceso natural de cambio que se rearticula y el paceño lo hace muy bien. Antes los ciudadanos de El Alto no iban al Megacenter (zona sur), pero ahora lo hacen masivamente y en teleférico. Llegan allá, siguen con sus costumbres y los vecinos del sur no tienen problemas. De igual manera, ahora ya todos van a la feria de la zona 16 de Julio. Paceños y alteños conviven en perfecta armonía", aseveró.
Según Mendoza, las familias y la sociedad se readecúan y vuelven a lo tradicional sin problemas utilizando los elementos de la modernidad.
"No es bueno ser tradicionalista ni modernista en extremo, es fundamental convivir en ambos mundos y usar lo que está a nuestro alcance. Por ejemplo el paceño es un misterio ya que en un momento es pacífico y pocos segundos después se vuelve revolucionario. No es más ni menos que el resto de los bolivianos, pero tiene su forma de ser y vive muy bien en una La Paz moderna con valores tradicionales. Los paceños no nos hacemos problemas con la modernidad y mantenemos lo tradicional".
3 líneas del teleférico permiten surcar los aires brindando un espectáculo sin precedentes.
"Antes los ciudadanos de El Alto no iban al Megacenter, ahora lo hacen masivamente y en teleférico"
David Mendoza
sociólogo
No hay comentarios:
Publicar un comentario