El mural más emblemático de Miguel Alandia Pantoja ha vuelto a la vida tras cuatro años de restauración. La pieza, pintada en 1954 en la sede de mineros en La Paz, será entregada hoy, a las 10:30, por el Ministerio de Culturas a la Federación de Mineros en el Patio Cultural, ubicado en la calle Ayacucho.
"Concluimos la restauración de toda la serie de pinturas que conforman el mural Huelga y masacre, de Alandia Pantoja, que significa la recuperación de una de las obras de arte más importantes del país”, aseguró Carlos Rúa, restaurador del Ministerio de Culturas.
El mural está compuesto por cinco piezas, de diferentes dimensiones, que en su momento ocupó dos paredes del salón principal de la sede de los mineros, ubicada cerca de la plaza Venezuela. La pieza fue creada en la técnica de la piroxilina sobre cal y arena, característica de la obra del muralista potosino.
Miguel Alandia nació en Llallagua, Potosí, en 1914 y murió en Lima, Perú, en 1975. Fue uno de los referentes más destacados del arte mural y plasmó sus más célebres obras en espacios como el Hospital Obrero, la Cancillería y el Banco Central de Bolivia.
"Es una alegría que este histórico mural Huelga y masacre finalmente sea restaurado, ya que fue salvado heroicamente por personalidades sensibles al arte ante su posible destrucción en la dictadura de García Meza”, aseguró el artista Gil Imaná.
La historia de la pieza
En el mural, Alandia Pantoja plasmó su visión sobre los movimientos sindicales, la lucha de los mineros, la nacionalización de las minas y las masacres mineras de Uncía (1923) y Catavi (1947), entre otros temas.
"El mural fue salvado de la dictadura de García Meza, quien ordenó demoler el lugar. En esa época tuvieron que desmontar las paredes (pintadas) con una grúa y las trasladaron a un galpón de la zona Sur para protegerlas”, contó Rúa.
Luego, entre los años 80 y 90, Sergio Alandia, hijo del artista, y un experto español restauraron el soporte del mural. "Redujeron la base del revoque de la pintura mural y pusieron un soporte de madera”, dijo Rúa.
"Este mural es un testimonio de las represiones que sufrieron los sectores mineros en los gobiernos dictatoriales. Entonces, es un hecho relevante que haya sido restaurado en democracia”, comentó el estudioso Carlos Cordero.
La primera fase de restauración de una parte del mural comenzó en 2009. Luego, hace casi un año, la Federación de Mineros entregó las otras piezas restantes de la obra y fueron restauradas durante estos meses. Los gastos de la restauración del mural fueron pagados por el Ministerio de Culturas. Una vez que los mineros identifiquen un espacio para instalar la pieza, Culturas las devolverá.
Punto de vista
Carlos Cordero Estudioso de la obra de Pantoja
Huelga y masacre, de Miguel Alandia Pantoja, es uno de los murales más históricos de este artista por dos razones: la temática que aborda y el cómo fue salvado de las dictaduras militares.
Es una pieza de gran valor porque es un testimonio de las represiones que por varios años sufrieron los sectores de los mineros, en especial en los gobiernos dictatoriales. Además, es una obra clave de la trayectoria de Alandia Pantoja.
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