Los títeres del grupo cochabambino Elwaky tendrán la oportunidad de lucirse en un escenario más grande que el habitual.
Y es que el Taller Internacional de Títeres de Matanzas (Titim), en Cuba, recibirá en abril a grupos artísticos de toda América y Europa, entre los que se encuentran Títeres Elwaky.
La ocasión servirá para que el grupo muestre la variada producción que realiza en Bolivia alrededor del títere, y que va más allá de la puesta en escena.
En primera instancia presentarán la obra Choloman, concebida al calor de las movilizaciones sociales de la primera década de este siglo, en la que el protagonista es un justiciero nativo que debe enfrentar la ambición ilimitada de un ser llegado del otro lado del mar. Esta pieza se constituye como el trabajo más representativo de su producción, principalmente por su contenido ideológico.
En el encuentro, Elwaky difundirá la publicación Los títeres en Bolivia, revista de 51 páginas a todo color publicada por la Oficialía de Cultura de Cochabamba y editada por los miembros del elenco. Ésta es la primera publicación dedicada a este arte en el país, y para su realización cuenta con el aporte de titiriteros que vivieron etapas de la historia de los títeres en Bolivia no registradas oficialmente hasta ahora. Además, la compañía distribuirá el video titulado A la vista - Los títeres en Bolivia, en el que se muestran entrevistas a 17 titiriteros bolivianos.
Con estos materiales, Elwaky pretende contribuir al reconocimiento y difusión de la historia de los títeres en Bolivia, así como a la escritura y análisis de la experiencia titiritera actual.
HISTORIA Y FILOSOFÍA
Gróver Loredo, director general del grupo, contó que ellos fundan Elwaky un 16 de julio de 2002, con el objetivo de dedicar su vida al arte: “decidimos vivir de los títeres, no había mucha experiencia en Bolivia, ni recorrido ni escuelas, aprendemos de forma autodidacta, indagando en Internet para luego ocupar un espacio en una plaza en Cochabamba, convirtiéndolo en un teatro de títeres”. Relató que esta experiencia duró ocho años, hasta que las autoridades los desplazan de ese espacio, sin embargo, para esa época ya habían tenido contacto con varias compañías de títeres y aprendido mucho sobre técnicas de ese arte.
Paralelamente pretendieron institucionalizar al títere, por lo que empezaron a organizar una serie de festivales, y en 2005 aparece la primera versión del Festival Internacional de Títeres Festitíteres, que actualmente se encuentra en su séptima versión.
Loredo manifestó que como colectivo “tenemos claramente definidos nuestros objetivos, no trabajamos para transnacionales, no nos convertiremos en ONG y vivimos de nuestro arte. Lo que estamos intentando es construir en comunidad una vida sana”. Explicó que incluso en su espacio en Cochabamba cultivan sus propios alimentos, lo que les permite no tener que ganar mucha plata. “Se ha convertido en un proyecto de vida no sólo artístico, sino entendiendo a la vida como una integralidad, donde el arte, la vida, el trabajo están integrados entre si”.
TEMÁTICAS
“Nuestras obras tienen que ver con nuestra realidad, con nuestra cultura, con nuestros valores, con las contradicciones que supone vivir en esta sociedad”, afirmó Loredo. La obra Cholomán y el pirata presenta una mirada crítica a la historia del país sobre los despojos territoriales que sufrió, La muela del Diablo es una fábula del cómo habría aparecido el mito de la montaña paceña, El regreso del lobo cuestiona los cuentos infantiles tradicionales y aplica una mirada ecológica y humana, Desde los sueños, obra que se presenta en el Teatro de Cámara, es un musical con argumento, basado en canciones infantiles compuestas por el mismo colectivo, en las que el personaje principal cuestiona todo, la escuela, los animales, el papel de los padres, de la autoridad y otros.
La explicación a este manejo de los temas, contó Loredo, es la creación de espacios en los que los niños se entretengan y piensen, mientras que los padres que los acompañan a las funciones también reflexionen sobre esos contenidos, lo que denominó un “teatro familiar”.
“Nuestras obras tienen que ver con nuestra realidad, con nuestra cultura, con nuestros valores, con las contradicciones que supone vivir en esta sociedad.
Gróver Loredo
Director General Títeres Elwaky
Hacedoras de títeres - Los títeres en Bolivia
La princesa Wara y Choloman zapatean un huayño y el caluroso aplauso de los niños da fin a la presentación. Salgo del retablo con ambos títeres en las manos y no lo puedo creer, la función empezó con no más de 20 cabecitas ¡y ahora la sala está llena! Con un “hasta la próxima amigos, somos de títeres Elwaky” nos despedimos de la primera función del Titeremarka 2007.
En medio de la emoción, mientras acomodamos los muñecos de regreso a sus maletas, respondemos a las preguntas de un periodista: “¿quiénes son ustedes? ¿Desde cuándo hacen esto?”. “Somos de las minas, vivimos en Cochabamba, es la primera vez que llegamos con títeres a La Paz...”, contamos la historia. Momentos más tarde nos quedamos solos, desarmando el retablo, y de la oscuridad del teatro surge una voz:
—¡Hola! ¡Wara estaba increíble! Soy Giovana Chambi, hago títeres en las calles.
—¡Hola! Yo soy Carmen.
Le respondo y me quedo mirando una tela roja que esta joven lleva colgando en el pecho, donde están pintadas las letras “Festival de títeres Titeremarka - La Paz, Sucre, Cochabamba en el Teatro de Cámara”. Han pasado muchas primaveras e inviernos en este camino de hilos, esponjas, telas y tijeras; nuevos rostros y corazones se cruzaron empujando historias al retablo. Pero aún guardo en mi memoria aquel acto solidario de Giovana a la llegada de Elwaky a La Paz. Y me reafirmo en el compromiso de ir al encuentro de otras titireteras en nuestra Bolivia.
Años después nace Pilipintu títeres, emprendimiento colectivo que iniciamos con Karina Noya (Títeres de trapitos y botones), con el apoyo de Alexia Loredo (Elwaky) y Giovana Chambi (Títeres del río). Nuestro acercamiento y complicidad responde a la necesidad de discutir la historia, cultura, percepciones, la pasión e intuiciones que contenemos en nuestros cuerpos. Declarándonos amantes del mundo de los títeres, encaramos proyectos que nos representen y cuestionen. Nuestras manos e imaginación se convierten en dadoras de vida al explorar materiales y al emprender el encuentro con ánimas que toman forma humana, animal o de diversos objetos; nuestras mentes se abren a los aportes teóricos y técnicos para crecer en este arte.
Así creamos el espectáculo Empolladas (2012), obra en la que se evidencia la opresión a las mujeres, y El milagro (2013), que expone la lógica del consumo ligada a los alimentos transgénicos. Son pasos en nuestra búsqueda de construirnos como mujeres hacedoras de títeres, caminando en el compromiso de afirmar lúdicamente la dignidad y la vida.
Carmen Cárdenas (Elwaky)
Texto incluido en Los títeres en Bolivia, número 27.
DAR VIDA
Con manos e imaginación los artistas de los títeres dan vida a materiales inertes, canalizando sus pasiones y búsquedas internas.
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