Según "Arlequín" Producciones, a través de su representante, Elvis Antezana, el teatro popular no ha claudicado en sus convicciones y sigue creyendo que a través del mismo es posible soñar, transformar y forjar un futuro propio donde las distancias de exclusión se reduzcan.
Por ello se espera que los proyectos vinculados al teatro puedan llegar a mucho más público y con más cantidad de artistas de muchos lugares del mundo y que las autoridades puedan ver con "buenos ojos" el proceso de estas actividades.
Siendo los parámetros de evaluación de este proceso, los productos como los textos y las formas de esa producción y que la mayoría implica una investigación colectiva y una escritura participativa.
"Si a estos procesos se suma el compromiso de instituciones que creen en una transformación educativa que sea lúdica, creativa y crítica entonces se está por buen camino", señala Antezana.
Asimismo, se indica que con las actividades desarrolladas la gestión pasada, hubo un fortalecimiento y una mayor predisposición de las instituciones vinculadas a las unidades educativas, colegios y personas vinculadas a procesos de transformación social, comunidades, movimientos sociales y elencos artísticos con mayor afluencia e integración, como también un mayor interés y predisposición por alumnos y profesores.
Los colegios y unidades educativas que participaron de este proceso, desde un principio ya cuentan con elencos estables y con buen nivel profesional, lo que significa que no sólo se quedaron en estos eventos, sino optaron por una continuidad.
"Debe hacerse más énfasis en la realización de talleres, en la creación de historias que tomen en cuenta la estructura dramática; los textos que se publican demuestran buen criterio y creatividad, pero la mayoría quedan todavía en una resolución rápida de los conflictos o en la narración", sostiene el artista.
Además, indica que si "Arlequín" Producciones ha demostrado que en la escuela y junto a los profesores es posible crear, escribir y representar historias como una forma de observar la sociedad y sus respectivos contextos, tendría también que planearse el desafío de pasar de la observación al análisis y la reflexión para que los protagonistas de esos eventos inicien un camino que los lleve a ser más críticos desde el teatro y poder también adoptar metodologías como el teatro del oprimido para reflexionar y concienciar.
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