“Alasestatuas” es una de las obras más emblemáticas del grupo de teatro La Cueva y volverá a ser montada para todos aquellos fanáticos y seguidores del teatro nacional que no pudieron verla.
La obra será presentada esta noche en El Desnivel (Av. Sánchez Lima 2280) y mañana en el Patio Cultural del Ministerio de Culturas, ambas funciones comenzarán a las 20.00 horas.
El trabajo del grupo que nació en Chuquisaca se desarrolló en Potosí y ahora consolidó su presencia a nivel nacional e internacional. Tiene más de 200 presentaciones en Bolivia, además, fue parte de festivales internacionales en Cuba, México, Perú, Chile, Brasil, Argentina, Venezuela y Ecuador.
OBRA
Muchas obras de teatro nacional se convirtieron en mito debido a que por la misma naturaleza de las artes escénicas, a veces, no vuelven a ser montadas en muchos años, este es el caso de “Alasestatuas”.
“Tiene una carga emocional muy fuerte porque es la vida de dos personajes que buscan la manera de trascender. De una u otra manera este fragmento de historia de esta amistad entre los personajes Aniceto y El Mario, nos ha permitido a Darío y a mí luchar en este mismo camino de seguir una idea, un sueño, las ganas de hacer teatro y lograr una realización como seres humanos”, indicó Enrique Gorena quien junto a Darío Torres se desarrolla en las artes escénicas desde hace más de diez años.
Ambos artistas tienen un especial cariño por esta obra ya que es una piedra fundamental para su grupo y, según relatan, les enseñó a trabajar en grupo y comunión.
“Trabajar en esta obra, en la idea, el texto, la dirección y la actuación, entre dos personas, como artistas, como amigos, cada uno en un porcentaje mayor o menor de participación en cada uno de estos y otros aspectos es lo que me ha creado un camino que busco cada día re-inventar, ese momento de coincidencia entre dos o más personas es un privilegio que en ocasiones sólo sucede una sola vez y hay que estar atentos para no perder esa oportunidad”, apuntó Gorena.
“Alasestatuas” habla sobre la amistad, sobre trascender, “el humano necesita trascender, vencer a la muerte, hay muchas maneras de hacerlo, nosotros sólo nos divertimos tratando de entender las muchas maneras que otros ya han descubierto”, explica Gorena.
En la actualidad, tanto Torres como Gorena, además de Cecilia Campos, trabajan con el proyecto ‘Lanzarte de Solidar Suiza’ con el cual crean obras de teatro con jóvenes de diferentes municipios de Bolivia. Gorena dirige también un nuevo grupo llamado La Cuerda Floja con los que buscan crear espacios de reflexión sobre diferentes temáticas que para el artista son necesarias de cuestionar.
CRÍTICAS
La obra logró muy buenas críticas, entre ellas destacan:
“El trabajo del grupo La Cueva tiene un lugar ganado entre lo mejor del teatro boliviano actual. Lo consigue tanto por su calidad como por su diferencia. La Cueva no se parece a Mondacca ni a Brie ni a Calla. La paradójica originalidad de Enrique Gorena y Darío Torres consiste en revivir impecablemente las estrategias de los antiguos actores trashumantes capaces de hacer el mejor teatro en cualquier lugar y con muy poco, en una plaza o en un mercado, en un tablado improvisado o en una sala teatral, llevando a su máxima potencia la fórmula madre de la teatralidad: la economía del cuerpo instalando convención que estimula la imaginación”, dijo Jorge Dubatti y Nora Lía Sormani (Argentina).
“Sobre la vida, los sueños, la amistad y la muerte va esta obra. Su vida no será mejor ni peor si no la ve, pero su alma será bastante más pobre si se la pierde…”, Bernardo Borkenztain (Uruguay).
“Teatro La Cueva realiza sobre la escena un amoroso reconocimiento al hombre trabajador, al que busca en distintos oficios el chance de trascender y en el intento se vuelve un lamentable espectáculo mediático. Pero la mayor trascendencia está en los valores humanos que se afirman en esa búsqueda de la trascendencia, uno de ellos, el más valioso desde la perspectiva de la Cueva, es la lealtad de la amistad que nos humaniza”, fueron las palabras de Carlos F. Marquez (México).
“Dada la juventud de estos dos actores se les avecina un futuro prometedor. El público y las instituciones deben mirar hacia esta agrupación emergente. Por una razón muy sencilla: con pocos recursos han constituido su poética mediante un registro honesto y sin aspavientos lograron producir un placer inusitado. Es una responsabilidad del crítico decirlo. Esperamos poder ver otro de sus espectáculos. Tener la fortuna en cualquier parte del mundo”, concluyó Juan Martins (Venezuela).
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