Tras once jornadas en las que se presentaron 62 obras en la capital cruceña y las provincias, el VIII Festival Internacional de Teatro de Santa Cruz de la Sierra cierra hoy el telón con la satisfacción de haber contado nuevamente con el respaldo del público, a pesar de la crisis económica por la que atraviesa APAC, la institución que lo organiza desde su primera versión en 1997.
Un déficit aproximado de $us 50.000, según confirmó la presidenta de APAC, Cecilia Kenning, amenazaba la continuidad del evento teatral más importante del país y aún es una sombra que se posa sobre la entidad, pues la deuda permanece y lo más probable es que para la próxima versión crezca si no se consigue el apoyo necesario.
“Si tomamos en cuenta la organización durante todo el año, más el costo del festival, cada función (de las 110 que se realizan) nos cuesta $us 3.000”, expresó Kenning. La gestora cultural aclaró que el encuentro cuenta con el apoyo económico de la Gobernación y la Alcaldía cruceña (alrededor de Bs 500.000, de parte de cada una), además de representaciones diplomáticas de algunos países y empresas privadas. No obstante, enfatizó que el apoyo del empresariado no ha estado a la altura de un festival que ha crecido en cantidad de participantes y alcance geográfico.
“Si hacemos 45 funciones gratuitas, más las entradas de cortesía, llegamos a la cuenta de que el aporte público, de la Alcaldía y la Gobernación se nos va en todo eso. Entonces, tenemos que hacernos cargo de todo lo demás y ahí es donde nos ha fallado la recaudación. Hay costos que se han incrementado, como la planilla de sueldos, el aumento salarial, el fondo solidario y los pasajes internacionales, los cuales hemos podido pagar, recién, una semana antes del festival, porque el descuento de la aerolínea que nos auspicia fue menor en esta ocasión”, aseguró Kenning.
A su vez, el director del festival, Marcelo Araúz explicó que han tenido que recortar presupuesto en diversos ítems, como en la alimentación, hospedaje y transporte de los grupos nacionales. Prueba de ello fue que algunos llegaron por tierra y ahora está en veremos su retorno debido a los bloqueos y conflictos sociales que se han generado en Bolivia. “Es un tema recurrente que cada vez nos complica más. Es impredecible lo de los conflictos, que nos impiden desarrollar con normalidad el festival, sobre todo cuando se trata de bloqueos”, dijo Araúz.
A pesar de ello, el festival volvió a ser la fiesta del teatro que convoca a la ciudadanía en torno a las artes escénicas, siendo la oportunidad propicia para disfrutar de lo más variado en géneros, temáticas y elencos. La coordinadora del evento, Mary Carmen Monje celebró el apoyo que el público ha dado, especialmente a las obras nacionales. “El objetivo de este festival era poner realmente en plataforma al teatro boliviano, no solamente para que vengan los programadores y vean las obras, sino una plataforma para Bolivia, que se den cuenta de que hay mucho teatro. El público va conociendo distintas formas de ver teatro y va seleccionando. En la medida de que siga contando con diversas propuestas logrará tener una visión crítica”, aseguró Monje.
En esta octava versión se logró la consolidación del festival en nuevos escenarios, como en los centros culturales de barrio y, sobre todo, en las provincias, donde ya se está consolidando un público potencial y gente dedicada al oficio, a partir de una serie de talleres que desde hace varios años vienen impartiendo APAC junto a varios gestores y algunos municipios.
Resultado de ello fue El cielo en la tierra, la ambiciosa puesta en escena de Ariel Muñoz y Marcelo Sosa, que se presentó el sábado 9 en San Ignacio de Velasco ante miles de espectadores. La obra inspirada en la llegada de los jesuitas, contó con la participación de más de 20 actores y 50 músicos y coristas de la población chiquitana.
Así vieron el festival
Percy McLean
Orquesta Sinfónica Juvenil
He visto El corral de Bernarda, que tuvo una puesta en escena interesante y me pareció que el trabajo de los actores fue muy bueno. Igualmente disfruté de Between (Holanda), una obra realmente bien hecha que utiliza las luces de forma muy creativa y Lote 77 (Argentina) que hacen analogía del ganado y la sociedad actual. Realmente, un muy nivel en todas las obras.
Ariel Vargas
Actor
Feliz, porque el nivel del teatro nacional está en permanente ascenso. Preocupado, por el déficit económico y las dificultades de APAC para poder sostener el festival. Y satisfecho, porque a pesar de estos problemas el público de acá siempre responde. Se corre mucho la voz para difundir las obras y entre todos nos preocupamos de fomentar esa buena costumbre de disfrutar del teatro.
Andrea Riera
Altoteatro
Estamos encantados porque hemos logrado hacer varias presentaciones en las provincias de la obra Sólo con esto. Logramos comprobar de cerca el interés de la gente de los pueblos no solo por ver teatro, sino por hacer teatro. Eso debe llamar la atención de los municipios para que den su apoyo a la actividad teatral, involucrándose totalmente, sin importar el color o la tendencia política.
Cifras
1.150
Espectadores
Asistieron a las dos funciones de El corral de Bernarda,en la Escuela Nacional de Teatro y en la Casa de la Cultura. Fue la obra de sala más vista del festival
15.000
Personas
Estuvieron presentes en la plaza de San Ignacio durante el estreno de El cielo en la tierra, dirigida por Ariel Muñoz y Marcelo Sosa
Entretelones
- Encuentro. La muerte del fauno se desarrolló en la plaza de la CRE, en cuyos alrededores se encontraban bebiendo menores de edad, acompañados de música con alto volumen. Los jóvenes abandonaron el lugar a medida que el público que fue a ver la obra llegaba a la zona.
- Familia. El festival contó con varios progenitores e hijos. Por ejemplo, en Las hojas del cedro, de Brasil, actuaron Gabriela y su pequeña hija Marina Flores. En los elencos nacionales estuvieron Luis Bredow (padre) y Mariana Bredow (hija).
- Labor. Es la primera vez que una mujer es la coordinadora artística del festival. Mary Carmen Monje tuvo en sus manos este rol. También actuó en Silencios y dirigió Passport.
- Presencia. Cuatro dramaturgos internacionales llegaron a presenciar sus creaciones: Samir Yazbek (Brasil), Mauricio Kartún (Argentina), Marcelo Minino y Gustavo Ott (Venezuela).
Para hoy
Obra: Obras del taller Cainco-APAC
Escenario: Centro Cultural Cainco 16:00. Todo público. Entrada: Gratis
Obra: En burrito a la escuela (ARG)
Escenario: Auditorio CBA (16:00)
Entradas: Bs 50 y 25.
Público: Infantil
Obra: El mago de Oz (Bolivia)
Escenario: Casa de la Cultura (17:00)
Entradas: Bs 15. Público: Infantil
Obra: Mirando a Yukali (ESP)
Escenario: Aecid (19:00)
Entradas: Bs 50 y 25.
Público: Jóvenes y adultos
Obra: El cerco
Escenario: Paraninfo (20:00)
Entradas: Bs 15
Público: Jóvenes y adultos.
Obra: La llegada de los guapos
Escenario: Manzana Uno (20:00)
Todo público (teatro de calle)
Obra: José Gaspar (PAR)
Escenario: Auditorio CBA (21:00)
Entradas: Bs 50 y 25. Todo público
El cerco cierra el festival
Con seis obras en Santa Cruz de la Sierra y dos en las provincias se cierra el octavo acto del Festival Internacional de Teatro, que completará hoy las 110 funciones, contando algunas que tuvieron que repetirse, ante la demanda de público por verlas.
La última jornada brindará opciones a los más pequeños como la boliviana El Mago de Oz, de Alquimia Producciones (en la Casa de la Cultura); la española Mirando a Yukali (en la Aecid) y la argentina En burrito a la escuela, que se presentará en el CBA.
El teatro de calle también estará presente con La llegada de los guapos, de Teatro con leche en la Manzana Uno, mientras que el Centro Cultural Cainco albergará las obras del taller de teatro de la entidad junto a APAC.
Son varios los que esperan ver hoy El cerco, obra escrita y dirigida por Carlos Cordero, conocido analista político de los medios nacionales. Precisamente, la temática política está presente en este drama protagonizado por Agar Delos, Raúl Gómez y Agustín Mendieta, que se presentará en el paraninfo universitario (calle Junín, frente a Correos).
Reflexiones
El IX festival internacional de teatro...
Diego Aramburo / Dir. y autor de teatro
Sí, hablo de IX al terminar el VIII, porque los festivales se organizan con uno a dos años de anticipación. Y así debe ser. Para que cada vez haya menos improvisación, para que la calidad del programa y la organización crezca, y para involucrar más a la región.
El balance de la versión que termina: positivo, claro. Porque cuando la población general tiene chance de acercarse a más arte, siempre será positivo.
Lo destacable: en primer lugar, que APAC, Marcelo Araúz, Cecilia Kenning y su equipo, siguen trabajando sin descanso por la cultura de la región y el país. Del programa artístico nacional, el gran crecimiento actoral; a Paty García, Pedro Grosman, Wara Cajías y Marta Monzón, comienzan a unirse nombres fruto de la Escuela Nacional de Teatro. Del internacional, a parte de los consagrados como Kartún, Gustavo Ott, o Samir Zaybek, destaco el acierto de mostrar nuevas tendencias (como el trabajo de Boukje Schweigman de Holanda). De los eventos, Hojas Volantes, de Marcos Malavia, que exportó la dramaturgia del país.
Momentos desconcertantes, quizás el premio a Dermoth Murphy que decepcionó con El Cóndor y La Niña, alguna obra ya presentada en otras ediciones y que el público colegial pudo haber estado mejor preparado. Pero nada deslució lo bueno.
El teatro en el país crece. El público lo siente, fuera de nuestras fronteras también, y la imagen de Bolivia se favorece. Pareciera que falta anoticiar a alguna autoridad cultural que descubra la pólvora y tenga la brillante idea de apoyar a artistas y gestores. Y, nosotros, artistas y gestores, pues más que nunca, ¡a trabajar!
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