La muestra intenta denunciar, por medio del retrato fotográfico, la situación del abuso y la violación de los derechos de las niñas, adolescentes y mujeres.
Como un acto de expresión, las personas que forman parte de esta serie de retratos decidieron mostrar sus rostros, rompiendo así el silencio, el miedo, la vergüenza, dando testimonio y protestando contra la violencia, maltrato, discriminación y el abuso sufrido.
Cada una de las imágenes ha significado para la artista, según ésta, una complicidad que le ha permitido revelar la condición humana y la esencia de cada mujer. Por ello, su trabajo ha sido principalmente guiado por la intimidad y la confianza depositada en ella, que representa el compromiso de dignificarlas y no de re-victimizarlas.
Este proyecto está dedicado a todo el ámbito femenino con experiencias similares a las que representan estos retratos y a todas aquellas personas que al mirar las imágenes de la exposición logren reflexionar sobre las vidas que existen detrás de los rostros.
Respecto a la muestra, la directora del Museo Nacional de Arte, Daniela Guzmán, señala que la propuesta de Ensayo fotográfico sobre violencia de género “El Grito del Silencio” de la artista visual Karina Muench, en la que retrata a mujeres víctimas de violencia y una combinación de objetos personales de mujeres que perdieron la vida por la misma causa, no es solamente una recopilación de imágenes, es más bien el resultado de un trabajo íntimo con estas mujeres, quienes permiten revelar sus rostros como medio de denuncia y protesta contra la violencia. Los objetos son la evidencia de la existencia de estas mujeres, objetos habituales que llevan consigo parte de la vida de estas personas, quienes cuentan una historia.
La presencia y ausencia de estas mujeres, en estas fotografías, representan los hechos noticiosos del país, sobre todo en los últimos meses y la tolerancia que el ciudadano de a pie mostró ante estos hechos criminales en contra de mujeres y niñas bolivianas, de la impunidad y encubrimiento en la mayoría de los casos, de la retardación de la justicia, de la necesidad imperiosa de cambiar nuestras leyes y hacer que estas se cumplan con el compromiso del Estado y de la sociedad en su conjunto.
El boletín informativo de esta exposición expresa: “Es verdad que estamos acostumbrados a mirar en los medios de prensa y comunicación imágenes de mujeres víctimas de estos hechos irreprochables, las imágenes rojas y amarillas son los que más impactan. Sin embargo, ¿cuál es nuestra actitud ante este tema?, ¿indiferencia?, ¿silencio?, como sociedad boliviana, ¿cómo podemos mirar a estas mujeres a los ojos y no sentir que nos duele, nos conmueve, nos llena de irritación, de impotencia?, ¿hasta cuándo las mujeres seremos víctimas de crímenes, violaciones, abusos físicos y sicológicos, maltratos e intolerancia?”
“Estamos seguros de que a través del arte y las manifestaciones culturales se puede llegar a tocar las fibras más íntimas del ser humano. Agradecemos que artistas, como Karina, se involucren, que con sutileza poética pero con mucha fuerza y tenacidad permiten al Museo Nacional de Arte motivar la reflexión sobre diversos temas de nuestra sociedad, a los cuales nos enfrentamos cotidianamente” indicó Guzmán.
La muestra tiene el apoyo del Museo Nacional de Arte, la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, la Cooperación Suiza en Bolivia, el Centro de Información y Desarrollo de la Mujer y Conexión Fondo de Emancipación.
El Museo Nacional de Arte se encuentra entre las calles Comercio y Socabaya. La muestra permanecerá ab-ierta al público de manera gratuita hasta el 16 de mayo.
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