Un artista paraguayo abrirá su exhibición este jueves.
El Museo Nacional de Arte, presenta la muestra El Delirio del General (Una reinvención biográfica), del artista paraguayo Ángel Yegros, que se caracteriza por la presencia de objetos descartados. La exhibición será inaugurada el jueves 2 de mayo a partir de las 19.00 en las salas temporales.
Inspiración. La instalación propuesta explora cuestiones autobiográficas al hacer uso de vestigios, armamento, metal reciclado, motores, documentos, proyecciones y vídeo. En la muestra, el artista conecta situaciones fantásticas con disquisiciones en torno al poder, las disputas territoriales y la vulnerabilidad de la condición humana. Según el artista, la exposición está inspirada en un relato escrito por Juli Susin. Un fragmento del mismo dice: "El General tenía puesto su uniforme de gala. Era una siesta de enero y el aire parecía derretirse. Despidió al chofer y comenzó a caminar lentamente los siete kilómetros que lo separaban de su casa. Se comentaba que tenía la más hermosa colección de orquídeas del Río de la Plata. Y un orquidario que parecía más un vivario que un jardín. No era raro que encomendara a sus soldados subir a buscar especies a decenas de metros del suelo. Tras su renuncia al Colegio Militar se sumergió en una extraña cohabitación con las plantas. Con sólo mirarlas, ya sabía si estaban de buen o mal humor..."
El interés de Yegros por lo descartado responde a una praxis personal en la que confluyen saberes ancestrales guaraníes y antiguas filosofías orientales. En los últimos años incorporó a su trabajo resinas acrílicas así como cortezas, hojas y raíces de plantas salvajes. Él se autodefine como escultor.
Sobre el artista. Ángel Yegros nació en Asunción en 1943, cuatro años antes de la Revolución. Ese conflicto civil, con su saldo de muertos y exiliados, fue el preludio de la feroz dictadura que vendría después y cuyas secuelas llegan hasta hoy. En ese escenario –los años 50 en Asunción– se ubica el relato escrito por Juli Susin, en torno al cual gira la exposición. En los 80 comenzó a investigar las posibilidades expresivas de la chatarra industrial para sumergirse después en la experimentación con materiales diversos, siempre de desecho.
La muestra. Los curadores de la obra son Cecilia Lampo, Joaquín Sánchez y Adriana Almada.
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