David Mondacca y Diego Aramburo conversaron con Brújula. Ambos pesos pesados del teatro nacional son merecedores del Premio a la Trayectoria que otorga APAC durante el IX Festival Internacional de Teatro de Santa Cruz, el cual está dirigido a personas e instituciones destacadas del medio.
Antes de arribar a Santa Cruz, donde mañana presentará Aparapita con su elenco Mondacca Teatro (a las 20:00, en el paraninfo universitario), el renombrado actor, director, escritor y pedagogo paceño se refirió a esta con la misma pasión que se refiere a cada una de las historias que ha puesto en escena.
David Mondacca tiene doble motivo para sentirse bien en la cita teatral, pues, además de recibir el premio, durante el festival, celebra 40 años de carrera, tiempo en el que ha logrado una trayectoria notable realizando una labor sin pausas.
Aparapita forma parte de una serie de obras con las que viene explorando el universo de Jaime Sáenz desde hace varios años. De hecho, se puede atribuir a David Mondacca el mérito de haber sido uno de los primeros en revalorar la obra del escritor paceño, antes de que su imagen adquiriera esa naturaleza mítica con la que hoy se lo asocia. A No le digas, Santiago de Machaca y Los cuartos se suma este Aparapita que forma parte central de una de las obras más importantes de Sáenz: Felipe Delgado. “El universo ‘saenziano’ es muy complejo. Sabíamos que se trataba de un desafío bravo, pero es un intento de dar un fogonazo de este libro, que para muchos es lo más fuerte que ha escrito Sáenz. Es un trabajo grupal que requiere de un esfuerzo mayor”, explicó Mondacca, que para esta oportunidad dejó la dirección a cargo de Claudia Andrade, quien lo acompaña en los 10 años del elenco teatral.
Un vínculo estrecho
Hamlet de los Andes es una de las tres obras con las que Diego Aramburo participa del festival, pues también colabora en Estrellas sin cielo (monólogo de Tanja Watoro) y presenta Romeo y Julieta, una nueva versión del clásico de Shakespeare que pone en escena con su elenco Kiknteatr. No conforme, hoy concluyen las funciones de su performance danza teatro Aecceso en el Centro Simón I. Patiño (a las 15:00, 16:30 y 18:00).
Contar con tantos compromisos no representa ninguna novedad para el director cochabambino, uno de los artistas bolivianos con más presencia internacional, que en esta ocasión fue el encargado de dirigir la obra que abrió el festival.
Aramburo define a Hamlet como la historia de un ser que vive una pérdida de identidad, imagen que relaciona con la realidad boliviana, en el sentido de esas dudas que surgen al momento de guardar tradiciones o ir hacia la ciencia, dilemas del hombre en épocas de transición. “¿Qué hacemos con nuestras tradiciones ahora que las estamos revalorando? Eso termina dejándonos en una situación fronteriza en la que podemos perdernos, como le pasó a Hamlet. En Bolivia también pasa eso, de ahí que resulta hacer más fácil el vínculo porque Teatro de los Andes está acostumbrado a encontrar estos puntos en común en sus obras”, mencionó Aramburo.
El director no cree que el teatro nacional presente un buen panorama, sino que se sigue avanzando. “Como está el mercado teatral en Bolivia, los artistas tenemos que encargarnos de formar los públicos. Hay que ponerse las pilas para consolidar una industria teatral”, expresó.
Los protagonistas
David Mondacca
Director, actor, dramaturgo
Referente del teatro nacional
Se inició en el teatro en 1973. En 1994 ganó el concurso Raúl Salmón de la Barra en La Paz como mejor director y mejor actor secundario con la obra Atropos de Wilder Cervantes. En 1993, 1998 y 2004 recibió el Premio Nacional de Teatro Peter Travesí Canedo con las obras: Eureka, No le digas y Hermano de madera. En 2000 recibió el premio Kusillo a la mejor trayectoria teatral en el Festival Internacional de Teatro Fitaz en La Paz .
Diego Aramburo
Director, actor, dramaturgo
Un artista reconocido
Director cochabambino, cuyo trabajo ha sido destacado entre el de artistas destacados del mundo por instancias como la Unesco. Ha obtenido ocho premios nacionales de teatro en Bolivia, y su reciente producción en Argentina también le ha valido varios premios importantes de ese país. Con Macbett, de Ionesco, se convirtió en el primer director en Bolivia en ser contratado para realizar montajes en teatros oficiales de primer nivel.
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