lunes, 2 de julio de 2012

Pinta Londres. Bolivianos en el mercado internacional del arte

Cuando faltaban 30 minutos para el inicio a la performance de la orureña Aruma, llegué a la Tercera Feria de Arte Latinoamericano más importante en Europa: Pinta Londres 2012. Mi expectativa no fue menor a la de la versión de 2011, donde aprecié cuadros de Botero y obras de la cochabambina Alejandra Alarcón.

Como un pez en el agua di mis primeros pasos dentro de un paraíso de exquisitos balances de colores; videos, instalaciones, esculturas, lienzos de tamaños y formas distintos; líneas rectas, círculos simples o en varias dimensiones que a veces ‘dialogan’ con el espectador y a veces no, pero todos como en una gran orquesta de un universo conjeturado y proyectado por la imaginación del artista para que nosotros, los vulgares o sofisticados visitantes, podamos apreciarlo a través de nuestros ojos.

Es difícil destacar a pocos artistas; sin embargo, llamó mi atención la cantidad de obras con aire retro. Según Francisco Arévalo, director de la galería Arévalo de Miami: “Se está dando una recuperación histórica de la geometría en el arte y se ha descubierto que la influencia del arte latinoamericano en el arte mundial fue enorme en los años 50 y 60. Eso ha hecho que exista un interés mayor por la adquisición de estas obras de abstracción geométrica”. Comentó que en su colección de arte tiene obras de la pintora boliviana María Luisa Pacheco. La galería Arévalo presentó al pernambucano Macaparana (2011) y al argentino Antonio Asís (1960).

En un estand por un momento imaginé que me encontraba en el set minimalista de la película Alicia en el país de las maravillas, con grifos y tuberías muy grandes y de colores básicos, rojos, azules; instalaciones de la chilena Johanna Unzueta (2010) cuya intención es revalorizar el trabajo intensivo manual de los obreros (Vogt Gallery Nueva York).
En La Galería me topé con lo que a simple vista parecía una mazorca de maíz, pero elaborada con muelas y dientes humanos. Esta obra del colombiano Carlos Castro (2011) me llevó a imaginar una película de terror donde el asesino en serie colecciona los dientes de sus víctimas.

Cabe destacar la obra del catalán Lluis Barba, caracterizada por la mezcla de elementos contemporáneos y medievales que buscan criticar a la sociedad actual (Galería Cynthia Corbett).
Muchas obras no fueron hechas para que gusten o no gusten, o para colgarlas en la sala de una casa, sino para provocar.
Al final de la tarde visité la galería boliviana Salar, donde el paceño Gastón Ugalde presentó una instalación y cuadros elaborados con hojas de coca, una constante que lo acompaña desde que conocí su obra en la Expo 92 de Sevilla o mucho antes. En el mismo espacio descubrí también una sofisticada muestra de la cruceña Sonia Falcone.

Es necesario que los artistas bolivianos accedan a estas ventanas de arte para participar de las nuevas corrientes de escala mundial y de un mercado global de indiscutible beneficio económico para los que lo aborden con éxito.
Una presencia de este tipo demanda apoyo económico que solo los gobiernos (nacionales, departamentales o municipales) o los patrocinadores pueden hacer efectivo, pero es importante encontrar la forma de hacerlo.

María Estenssoro Paz
Pinta Londres se autodefine como un espacio único en la ciudad para descubrir lo mejor del arte contemporáneo y moderno latinoamericano; y como una oportunidad para apreciar el sofisticado y más distinguido arte visual de esa región a través de trabajos con calidad de museo.
El Salar, galería de arte de La Paz, exhibió por tercer año consecutivo obras de Gastón Ugalde y Sonia Falcone. En esta ocasión, Ugalde presentó una instalación que evocaba al salar de Uyuni y dos de sus conocidos cuadros hechos con hojas de coca. El artista afirmó: “Participar en exposiciones en Londres como Pinta, Modern Panic, Art Of Giving y otras, en los últimos cinco años, ha posicionado mi obra en el circuito latinoamericano y global y ha permitido mi relación cercana con artistas, directores de galerías, curadores, críticos y coleccionistas de todas las nacionalidades, con quienes es posible mantener una comunicación y debate permanente que ayuda a fortalecer mi obra”.
Por su parte, Sonia Falcone expuso una colorida selección de obras recientes en diferentes formatos, donde resaltaban las fotografías digitales y los objetos, como la obra Trata de caminar en mis zapatos, que invitaba al público a ver el mundo desde la perspectiva de la artista.
Mariano Ugalde, director de la galería, comentó que las ferias internacionales de arte son el principal espacio en el que expone y que su propuesta es bien recibida por coleccionistas internacionales.
England &Co, Londres, presentó el trabajo de Aruma (Sandra de Berduccy) y otros artistas (John Dugger y Cecilia Vicuña) cuyas propuestas tenían como elemento común la incorporación del uso de textiles relacionándolos con la cultura, la protesta e la identidad.
Esto en el marco de una propuesta que expuso material de archivo de arte latinoamericano hecho en Europa en la década de los años 60 y 70. Aruma expuso billetes y fotografías intervenidos con tejidos utilizando la técnica andina. Varias de estas obras fueron adquiridas por coleccionistas locales.
Aruma fue invitada especial de Pinta para presentar el performance Si me permiten hablar. Este se basó en la lectura de textos del libro de Domitila Chungara, que da nombre a la performance, que luego se reprodujeron distorsionados en casetes de audio mientras eran ‘hilados’ en una rueca de mano con graciosos movimientos corporales que asemejaban a los de una tejedora.
Se podía percibir cómo, a través de esta acción, las cintas de casete, con lo que representaban, eran incorporadas al ‘tejido’ que constituye el trabajo de la artista. Valeria Paz Moscoso, curadora boliviana y actual candidata al doctorado de historia del arte de la Universidad de Essex, comentó la performance: “Tuvo una inusual calidad, consistencia y diferentes niveles de lectura, difíciles de lograr en una obra político-conceptual. El diálogo que establece entre el tejido, el testimonio histórico, la coyuntura política y la tecnología analógica permite transformar un tema (lo indígena) desgastado en la historia y práctica del arte boliviano y, hasta cierto punto, en el arte de Latinoamérica”.

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