martes, 21 de abril de 2015

Las tablas tarijeñas reciben a un actor francés de Soleil

Palabra de actor” es la obra que presenta hoy Maurice Durozier, actor que pertenece al Théâtre du Soleil en el Teatro de la Cultura desde las 19.30. Para ingresar, el público deberá cambiar su entrada por un libro que estará destinado a la biblioteca del penal de Morros Blancos y de esta manera colaborar con la reinserción social de los internos.

Según la reseña de la obra, la puesta en escena es un espectáculo-conferencia de Durozier que va mucho más allá de la cuestión meramente teórica, es una propuesta básica del trabajo del actor, que se convierte en poesía.
En el escenario pasea a los espectadores por un largo recorrido, desde sus comienzos en una pequeña localidad francesa, hasta su paso por Nueva York y su extravagante viaje por la India.
La narración, articulada por las preguntas de su hija, pasa por las experiencias del histrión desde sus primeras e ingenuas tentativas de la adolescencia, hasta su fase más madura, con su destacado trabajo en el Théâtre du Soleil (Teatro del Sol) en el que lleva más de 30 años con la actuación.
Es miembro permanente de este elenco de Ariane Mnouchkine, entre 1981 a 1991 interpretó a Shakespeare, a Eurípides, a Esquilo, a Hélène Cixous, y desde 2003 Le dernier Caravansérail, Les éphémères y últimamente al personaje de Juan en Les naufragés du fol espoir.
Creó su compañía «Les voyageurs de la nuit» (los viajantes de la noche) en 1991. Recibió el premio «Villa Medicis Hors les murs» para recompensar su destacada obra Kalo que cuenta la historia de los gitanos y fue un éxito en el Festival de Otoño de Madrid en 1994.
La Fundación Beaumarchais le otorgó una beca de ayuda que le permitió escribir Brûleur de planches, en el que cuenta la historia de una familia que lleva cinco generaciones pisando los escenarios y dedicándose al teatro ambulante.
Luego, creó Cabaret ambulant (Cabaret ambulante). Recibió también una beca de creación del Centro Nacional francés del Libro, para escribir Désirs de mer (Deseos de mar), y La calma de la mar.
Dirigió una adaptación al catalán de Romeo y Julieta en Barcelona, y otra al persa para representar la obra en Kabul con el grupo Aftaab en el año 2000 con motivo del IIº Festival afgano.

Biografía
Maurice nació en una estirpe de teatro ambulante. Todos eran actores: sus padres, tíos, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos. Es la quinta generación de una familia que paró el viaje cuando era niño. Creció en Perpignan, una ciudad al sur de Francia muy cerca de la frontera con España.
Ahí tuvo su primer grupo de teatro y ahí aprendió español entre la escuela, los refugiados de la Guerra Civil Española, y los artistas que llegaban porque no podían cantar en su país mientras estuviera Franco o Pinochet.
Así escuchó, por ejemplo, a Serrat y Quilapayún. “He tenido la suerte de haber sido joven en un momento donde habían tragedias en el mundo, pero también esos impulsos de solidaridades. Si hago el teatro que hago en el Soleil, es porque antes fui preparado por estos artistas, músicos y poetas que más o menos estaban en el mismo camino”, explicó.
Durozier tomó el camino entre Perpignan y París cuando sintió que debía partir para crecer. Así llegó al Soleil. “Para mí era un sueño”, dice y por lo que cuenta, sigue siéndolo. Aunque le cuesta decir las cosas que le gustan de su compañía, pero no porque no las sepa, sino porque son demasiadas.



De actor a director de varios grupos de música

Maurice Durozier, también fue director de escena de los grupos de música Bratsch, conocidos por los temas Ecoute-ça chérie (Escucha eso cariño); La vie, la mort tout ça (La vida, la muerte y todo esto), ó Ça s’fête (Hay que celebrarlo), eI Muvrini, una banda de música folk de Córcega, participó en «Les nuits de l’auditorium de Lyon», «La noche rumana» en el circo de invierno, además dirigió y compuso las canciones Cafés Cantantes y París Bucarest para Nathalie Joly.

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