domingo, 28 de junio de 2015

Freddy Céspedes R., un cochabambino cautivado por el talento de los alteños


IMPULSOR | ES CREADOR DE LA ORQUESTA SINFÓNICA DE EL ALTO, DE LA ORQUESTA FILARMÓNICA DE EL ALTO Y DEL FESTIVAL DEL SOL DE MÚSICA CLÁSICA.

oH! ¿Cómo y cuándo le nació la pasión por ejecutar el violín?

Pese a que vengo de una familia de músicos porque mi mamá era concertista de piano, empecé un poco tarde, porque para la ejecución de los instrumentos musicales se debe iniciar a los ocho o nueve años y yo toqué por primera vez un violín a los 14 años. Un día vi la película sobre la biografía de Antonio Stradivari, el famoso fabricante de violines, y eso se me metió este vicio. Cuando llegué a casa le dije a mi mamá que quería tocar el violín, eso le encantó a ella y en menos de media hora apareció con un violín y un método para aprender a tocar el instrumento. Desde entonces es mi vida.



OH! ¿Cómo fue su formación musical?

Realicé estudios en el Conservatorio de Música de la ciudad de La Paz y tuve la dicha de especializarme en violín con la profesora Olga de Maldonado. Mi entusiasmo me llevó hasta Buenos Aires, Argentina, donde tuve al profesor Humberto Carfi.



OH! ¿Cuál era su sueño ya como músico?

Como para el futbolista su meta es llegar a la selección de su país y cuando lo consigue es lo máximo, para mi llegar a la Orquesta Sinfónica era mi objetivo principal y lo logré, pues en 1970 ingresé a la Orquesta Sinfónica Nacional, cuando su director era el maestro Gerald Brawn.



OH! ¿Es difícil tocar el violín?

Si bien la edad ideal para aprender a tocar el violín es a los 8 o 9 años, nunca es tarde. Pero como en todo, y le voy a poner un ejemplo práctico, para ser un futbolista se necesita entrenar ocho horas, bueno para ser un buen músico también se necesita pasar el tiempo practicando. Yo me dediqué más de ocho horas a practicar y aprender.



OH! ¿Toda su vida estuvo dedicada a la música?

No, también realicé otras actividades. En 1970 me gradué como arquitecto de la Universidad Mayor de San Andrés. Pero además combiné la música con el deporte, practiqué fútbol, atletismo, natación: era un apasionado del deporte, creo que por eso también me mantengo sano y fuerte (risas).



OH! ¿Pero su mayor pasión fue la música y el violín?

Sí, mi vicio es el violín y el amor a la música me llevó a conformar en 1970 el Cuarteto y Conjunto de Cámara Boliviano, del cual fui director. Con el Cuarteto ofrecimos conciertos en distintos escenario del país. Eso me permitió también obtener una beca por concurso para realizar altos estudios musicales referidos al violín, música de cámara, conjuntos orquestales y dirección en la Academia de Música “Chigiana” de Siena, Italia.



OH! ¿Cómo llegó a la ciudad de El Alto?

Por invitación de mi amiga Luz Bolivia (esposa del exalcalde José Luis Paredes) quien me invitó a un concierto donde hubo 20 personas. Ella me había ya propuesto de alguna manera hacer algún proyecto, pero al ver solo 20 personas le dije que estaba soñando mucho, que la música clásica no le gustaba a los alteños. Casi la desahucié de su sueño (risas). Pero grande fue mi sorpresa pocos meses después cuando me volvió a invitar a otro concierto y eran más de 200 personas, ahí cambió toda mi perspectiva sobre los alteños y su inclinación musical.



OH! ¿Cómo formaron el gusto hacia la música clásica en El Alto?

Todos creen que la música clásica es selectiva y que solo está destinada a cierto segmento, pero no es así: la música clásica es folklore también— es parte del folklore ruso europeo— así que no tiene por qué escoger a su público. Pero dentro de ese concepto erróneo sobre la música clásica me sorprendió el talento de los niños y jóvenes alteños, pero además su pasión. Eso me motivó a pensar en algo más grande: Crear una escuela de música, así que hablé con Luz Bolivia y con el exalcalde José Luis Paredes para elaborar un proyecto y lo hice el año 2000. Diseñé y luego fundé la Escuela Municipal de Música y posteriormente la Orquesta Municipal de la ciudad de El Alto, luego nominada como Sinfónica.



OH! ¿Usted ya tenía mucha experiencia para ello verdad?

Claro. En 1980 fue designado director de la Orquesta Sinfónica Nacional, entonces sabía de lo que se trataba y sabía perfectamente qué estaba haciendo y más con la motivación que tenía, el talento de los niños y jóvenes alteños, y el apoyo de sus padres.



OH! ¿Qué sintió en su primer concierto con la Orquesta Sinfónica de El Alto?

Una gran emoción, y derramé lágrimas al ver a esos muchachos ejecutar tan excepcionalmente los instrumentos. Nuestro primer concierto fue en el Museo de Arte, que está al frente de la Catedral en la calle Comercio. Ese concierto lo dimos gracias a que su entonces directora aceptó mi propuesta de darnos un espacio. El recuerdo que tengo de ese concierto es que no solo yo lloré, sino a la conclusión del evento los funcionarios del museo estaban derramando lágrimas y abrazaban a los muchachos felicitándolos por su trabajo.



OH! ¿Eso y la recepción del público alteño, paceño y de todo el país lo motivó a crear el Festival del Sol?

Sí. La gran satisfacción de estar en diferentes escenarios recorriendo el país con los muchachos me motivó a crear el Festival del Sol, el primer festival fue precisamente en la Isla Del Sol, irradiamos desde allí la música clásica a todo el país. Fue el año 2003. La Sinfónica de El Alto ha dado conciertos en La Paz, Sucre, Cochabamba, Oruro, Puno, Juliaca y Pomata, en Perú Perú. Pero lo más lindo es que compartimos escenarios con grandes maestros de la música como Piraí Vaca y Mauricio Céspedes, entre otros.



OH! ¿Cuántos componentes tenía la Orquesta Sinfónica de El Alto?

Llegamos a ser más de 60, entre niños de corta edad y adolescentes y jóvenes, todos entusiasmados con la música y el arte. De ellos varios llegaron a tocar en la Orquesta Sinfónica Nacional, creo que aún lo hacen tres. Sin embargo todos o por lo menos la gran mayoría abrieron sus escuelas de música, otros tocan en mariachis u otro tipo de grupos, pero siguen vinculados a la música.



OH ¿Qué pasó? ¿Por qué se dedicaron a otro tipo de música y no a la Sinfónica?

Lo que sucede es que la Orquesta Sinfónica necesita un apoyo y los músicos también, muchos de los muchachos estuvieron 10 años y es mucho tiempo, un profesional estudia cinco años y luego empieza a ver los frutos trabajando, lo mismo tiene que suceder con un músico de la Orquesta Sinfónica que se supone es solventada por el Estado.



OH ¿Qué perdió El Alto con la “desintegración” de su Orquesta Sinfónica?

Yo creo que mucho: el cultivar la cultura principalmente y el talento de muchos jóvenes que eran parte de la Escuela de Artes de la Alcaldía que era la segunda en el continente porque la otra está en Cuba. En toda América hay conservatorios, escuelas de danza o Bellas Artes, pero no una completa como la de El Alto, que lastimosamente perdió el apoyo del Gobierno Municipal.



OH! ¿Ahora a qué se dedica Usted?

Yo sigo en lo que amo, la música y con muchos de los chicos que eran parte de la Orquesta Sinfónica conformamos la Filarmónica de El Alto, todos los miércoles y viernes ensayamos en la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús de Villa Dolores y recientemente tuvimos exitosas presentaciones a nivel nacional e internacional. Amo el talento de los niños y jóvenes alteños por eso sigo aquí y seguiré apoyando a estos muchachos. Recientemente volvimos de participar en el XIII Encuentro Internacional Sobre Barroco realizado el 11 de junio en el hermoso Templo de la Tercera Orden Franciscana de la ciudad de Arequipa, Perú, donde el concierto de la Orquesta Filarmónica El Alto “Sembrando Música” fue un gran éxito.



PERFIL

Freddy Humberto Céspedes Rodríguez

Nació en Cochabamba en 1939, es músico, violinista y director de orquestas, además de arquitecto graduado de la Universidad Mayor de San Andrés y un ex atleta de varias disciplinas. Hizo estudios en el Conservatorio de Música de la ciudad de La Paz. Es creador de la Orquesta Sinfónica de El Alto y actualmente director de la Orquesta Filarmónica El Alto (OFA), consolidada el 1 de junio.

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