"En la tradición textil -en la parte simbólica- hay una relación entre el corazón de la tejedora y el material. En el resultado se transmite algo de ella”, dice Carmen Bilbao sobre la actividad del taller permanente de Telar Vertical. Éste forma parte del Taller de Martha Cajías que surgió con la finalidad de darle continuidad al trabajo de la reconocida artista plástica fallecida en 2012.
El taller de Telar Vertical inició sus actividades en febrero de 2015 cuando cuatro alumnas de Martha Cajías - Peti Prudencio, Alejandra Vaca, Carmen Bilbao y Katterina López Rosse- decidieron establecer el centro de formación, puesto que, según consideran, hay un vacío de espacios de este tipo, a pesar que existe una rica tradición textil en Bolivia.
Legado y objetivos
"Martha creó un espacio de encuentro, aprendizaje y difusión de diferentes técnicas textiles. Inició el taller más o menos en 1998, falleció hace tres años y con el apoyo de su esposo, Juan Carlos Orihuela, y de la Fundación Cajías hemos tenido la iniciativa de darle continuidad”, explica Vaca.
Martha Cajías (1954-2012) fue una artista plástica con un fuerte compromiso social que reflejó en su obra llena de delicadeza y significado, en los diferentes soportes y técnicas que utilizó, a lo largo de su carrera. Trabajó con varios grupos de mujeres y con ellas generó un espacio de enseñanza e intercambio de saberes. Una muestra de la rigurosidad de sus estudios se plasmaron en el libro Arte textil y mundo andino (1987), que publicó junto a Teresa Gisbert y Silvia Arze.
El objetivo del taller, según explica Vaca, es constituirse en un espacio de investigación, documentación y difusión de diferentes técnicas y tradiciones textiles. Con ello se pretende rescatar y revalorizar los conocimientos de las tejedoras establecidas en diferentes puntos de Bolivia.
Otro interés fundamental del taller es la documentación que se obtiene a través del registro fotográfico, esquemas y sistematización del proceso que conlleva lograr las diferentes técnicas textiles paso a paso. El objetivo es que esa tradición ancestral -heredada de diferentes culturas- no desaparezca y que las nuevas generaciones reconozcan su identidad a través de este arte.
Mujeres dedicadas a la artesanía llegan de las comunidades a aprender en el taller; pero también vienen otras, desde diferentes puntos del país, que tienen conocimiento de textiles y transmiten sus conocimientos. Asimismo, se imparten otros cursos -a cargo de profesores bolivianos y extranjeros- sobre hilado, telar de peine, tejido en faz de urdimbre, entre otros. El taller es un espacio sin fines de lucro y procura trabajar con lana natural.
Tejiendo el presente
La iluminación de una tarde soleada se filtra por las ventanas del taller e la zona de San Pedro. Los dedos de cada alumna se pierden y emergen en la urdimbre, se funden con ella para lograr una trama que, poco a poco, se transforma en un tapiz.
Alrededor de 15 tejedoras y tejedores estudian diferentes técnicas de telar para sus proyectos independientes. Sin embargo, el legado de Cajías también se manifiesta en proyectos artísticos colectivos. Sus alumnas preparaban los textiles con temáticas específicas y luego los unían formando obras que era parte de exposiciones, ese trabajo forma parte del taller en la actualidad.
El centro pretende llegar a personas que estudian el arte textil desde diferentes perspectivas, como el diseño, la antropología, la arqueología y otras expresiones artísticas y a quienes admiren y aprecien este trabajo. Muchos de los vínculos con otros talleres establecidos por Cajías han sido heredados por el nuevo espacio.
Sentadas alrededor de mesas y entre paredes cubiertas de textiles y donde objetos de la misma Cajías habitan, algunas alumnas elaboran muestrarios en telares verticales en los bastidores. En ellos aprenden a implementar las técnicas básicas de los tejidos precolombinos. En cuatro niveles básicos ponen en práctica formas rectas y curvas, texturas, movimiento, volumen, manejos del color, las texturas, entre muchos otros que se constituyen en el punto de partida de los conocimientos fundamentales de este arte.
Cada persona aprende en forma individual, ya que pueden ingresar en cualquier momento e iniciar su aprendizaje o llegar con algún nivel de conocimiento.
"Los colores es uno de los temas más desafiantes, pero estar aquí es una terapia en la que te tomas el tiempo para aprender”, dice Susana Caraza, estudiante de Artes en la UMSA.
En el transcurso de las clases se abre ante los participantes un universo en donde cada detalle, cada elección de color y su combinación son determinantes.
"A partir de este aprendizaje, el desarrollo de cada tapiz que elaboren tendrá de inicio un concepto y una historia que va plasmada en el color, las texturas y demás conocimientos”, detalla Bilbao.
El tiempo de aprendizaje depende de cada participante, sin embargo dos niveles toman un aproximado de seis meses, según comenta Bilbao.
En el taller no sólo se elaboran textiles, sino que se crean lazos de amistad que enriquecen el conocimiento y que resultan, así como en los tapices, en un casamiento de colores, de vivencias que van unidos al corazón de cada una de las y los tejedores.
Las coordenadas
Nuevo taller El 30 de junio y 1 de julio de impartirá el taller de telar en urdimbre cruzada dictado por Martha Mejía, experta tejedora de Charazani. El horario será de 9:00 a 12:00 y el costo de 150 bolivianos.
Información Para saber más de este taller, o sobre el taller de Telar Vertical, puede llamar al 70621281 o al 79516719. También se puede escribir a tallermarthacajias@gmail.com.
Telar Vertical El taller de Telar Vertical pasa clases los lunes de 15:00 a 18:00 y de 19:00 y 22:00. El costo mensual es de 200 bolivianos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario