Todos la llaman música clásica y casi todos saben o escucharon que esta nominación no es del todo correcta... Pero la acepta la RAE y suena mucho mejor que “música culta” o “música docta”.
Las denotaciones y connotaciones “clásicas” de este término refieren a la música sinfónica, orquestal, de cámara... estilos y géneros que hoy en día en Bolivia gozan de buena salud y expectables augurios, con todas las limitaciones que son inherentes a cualquier expresión artística cultural en el medio.
Ésta es la conclusión que hacen cuatro músicos, compositores y gestores culturales a propósito del Encuentro 2013 de Jóvenes Músicos Bolivianos que desde el 10 de junio pasado y hasta el 7 de julio próximo reúne en La Paz a casi 200 noveles instrumentistas y aspirantes a compositores y directores.
“Se trata de una verdadera fiesta de la música -comenta Gabriel Revollo- en la que niños y jóvenes de todo el país se juntan para pasar talleres, intercambiar experiencias y ensayar juntos” de cara a varios conciertos de mediano alcance y un gran recital masivo que, en esta tercera versión, estará dividido en dos presentaciones, el sábado 6 y el domingo 7 de julio en el Teatro Municipal donde el número central será el Réquiem de Mozart.
Revollo es el creador, organizador y principal impulsor de este encuentro que, en su tercera versión, rinde homenaje a Gustavo Navarre, destacado pianista, compositor y maestro boliviano, fallecido en 2006.
El boom
Pero, ¿por qué afirmar que la música clásica está en un momento de apogeo? A primer vistazo, porque el encuentro que por estos días junta a novatos violinistas, chelistas, oboístas, coralistas, etcétera, es sólo uno de varios eventos e iniciativas en el rubro.
“En los últimos años -comenta el director y compositor Ramiro Soriano- hay una actividad muy importante en todos los flancos, se está trabajando bastante y bien y los resultados se pueden ver, por ejemplo, en la consolidación de la Fundación Orquesta Sinfónica Nacional, en el nivel del Conservatorio, o en emprendimientos como la Sinfónica y la escuela de música de El Alto o la Orquesta Juvenil de Santa Cruz'”.
A estas menciones del reconocido artista boliviano, valga agregar dos ejemplos de diferente alcance: el reconocido y consolidado Festival Internacional de Música Barroca y Renacentista Misiones de Chiquitos, y Bolivia Clásica, el proyecto de Ana María Vera que trabaja en la formación de nuevos talentos y que se basa en propiciar la llegada al país de destacados instrumentistas y directores que dan periódicas clínicas o cursos magistrales en diferentes especialidades.
El maestro Nicolás Suárez considera que el buen momento de la música clásica se debe a factores como que “hay variados grupos de niños y jóvenes dedicados a estudiarla, se han incrementado las orquestas, y hay un entusiasmo en el aprendizaje y ejecución de los instrumentos sinfónicos”.
Pero además, en criterio del destacado pianista y compositor, hay otra variable clave: el público. “Cada vez hay más gente interesada en asistir a los conciertos”.
Tanto Suárez como Soriano son miembros del Comité Directivo del encuentro de músicos , junto a Oldrich Halas, director del Conservatorio Plurinacional de Música; Ricardo Estrada, presidente de la Sociedad Filarmónica; Flavio Machicado, director de la Fundación de la Orquesta Sinfónica; Boris Vásquez, director de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Santa Cruz; Roberto Borda, presidente de la Fundación Cultural del BCB; el empresario Flavio Escóbar; y la gestora cultural Teresa Stahlie.
Todos trabajan bajo la coordinación de Revollo, el verdadero motor de este evento quien, para terminar de reafirmar la idea del auge de la música clásica en el país, sostiene que “tanto el Encuentro de Jóvenes Músicos como este auspicioso presente de la música clásica -que se desató desde hace poco más de cinco años- no serían posibles si no hubiera una gran necesidad de ello, una necesidad a nivel social, cultural y humano”.
Punto de vista
Flavio Machicado - Director Fundación OSN
“El marco institucional es esencial”
Este momento auspicioso para la música clásica en el país se sostiene fundamentalmente en la medida en que se ofrecen incentivos a las nuevas generaciones interesadas en cultivar este arte y, sobre todo, en el marco, el entorno institucional que hace posible todo movimiento o actividad.Primero, es esencial la formación y hay que mencionar al Conservatorio Plurinacional de Música que hace un trabajo encomiable pese a que no siempre cuenta con las mejores condiciones.
Pero a partir de ésta y otras entidades de formación, se generó en el medio un entorno institucional de gestión cultural que atrae, incentiva y reconoce a los jóvenes con encuentros, congresos, conciertos y otras actividades.
Todo esfuerzo que se haga en el objetivo de formar a músicos para que alcancen un nivel idóneo es destacable e imprescindible.
En resumen, hay que reconocer y destacar las condiciones que -muchas veces a costa de sacrificio de algunas personas- se han dado desde abajo para que esta realidad sea posible.
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