Para la mayoría de los artistas plásticos, conseguir un espacio público o privado para exponer sus obras en La Paz es un verdadero reto.
“En el Museo Nacional de Arte (MNA) tratamos de dar cabida a todos los artistas, pero a veces es difícil. Nuestra programación de la gestión 2013 ya está cerrada e incluso parte de 2014”, reveló Édgar Arandia, director interino de la Fundación Cultural del Banco Central y administrador de este centro.
Según coinciden curadores y artistas nacionales, la demanda se incrementó paulatinamente en los últimos 20 años, debido al surgimiento de nuevas generaciones de pintores y escultores.
El MNA, que tiene tres salas disponibles para muestras temporales, recibe unas 70 solicitudes al año, de las cuales sólo selecciona diez. “La elección es por méritos. Tienen que ser artistas con recorrido y con una obra meritoria”, dijo, y destacó que al año abren el espacio a dos exposiciones de artistas noveles.
Arandia precisó que al año tienen 14 exposiciones, cuatro institucionales y diez individuales. Lo mismo ocurre en las tres salas del Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef), también dependiente del BCB.
El panorama es similar en las cuatro salas municipales, las tres de la Casa de la Cultura Franz Tamayo y el salón Cecilio Guzmán de Rojas. “Al año recibimos unas 100 solicitudes, muchas son rechazadas o postergadas para la siguiente gestión. Sólo logramos atender un 50%”, explicó Sonia Valverde, curadora de este último espacio.
Las salas municipales y de la Fundación del BCB son gratuitas. En el caso del MNA, los artistas seleccionados reciben desde las botellas de vino para la inauguración de la muestra, los trípticos promocionales hasta el asesoramiento personal del curador.
Ese panorama es similar en las galerías de arte privadas que, no obstante, cobran un alquiler de entre 500 y 1.000 dólares por muestra. “El espacio está permanentemente ocupado. Se hacen acuerdos con meses de anticipación. Todo el primer trimestre de 2013 ya está comprometido ”, dijo Ariel Mustafá, de la galería Altamira.
“Hay una demanda importante de los artistas y son ellos quienes se afanan por encontrar fechas disponibles; nosotros hacemos dos exposiciones al mes”, comentó.
En Altamira, según Mustafá, buscan un equilibrio en las muestras, pues seleccionan obras de maestros consagrados y de artistas noveles. “Queremos promover al talento joven”, resaltó.
Con similar mirada, Dalila Mendoza, directora de la galería Arte 21, señaló que abren sus puertas a los jóvenes talentos, aunque muchas veces la agenda no lo permite debido a que sólo pueden organizar 20 muestras por año.
“El 50% de la programación de 2013 ya está cerrada. Tenemos artistas destacados que ya tienen su fecha fija y se les da prioridad, por eso a veces no hay espacio”, explicó.
Mendoza recordó que hace 20 años su galería era la primera y única en la zona Sur. “Poco a poco se abrieron nuevos espacios, por la demanda de los artistas y también por la respuesta de la gente”, dijo.
A un mes de cumplir un año, el espacio de arte Mérida Romero ya cobijó 12 exposiciones y para 2013 tiene la agenda lista.
“Para satisfacer la demanda organizamos también exposiciones externas y en lugares poco tradicionales, como campos de golf”, dijo la propietaria Daniela Mérida, y destacó que una de las ventajas de las galerías frente a los espacios públicos es que promocionan la venta de las obras a clientes exclusivos.
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