Aún no había terminado su carrera en el Instituto Superior de Artes Plásticas Raúl Praga y ya había recibido su primera distinción. Para Carlos Janes Guardia, el arte lo es todo y lo proyecta en sus esculturas. El artista cochabambino ganó recientemente el primer Concurso Nacional de Arte Mujer 2015, organizado por Casa Design Center. Sutil y espontáneo, el escultor se impone con una visión futurista e innovadora.
¿Cómo te sentiste cuando ganaste tu primer premio?
C.J.G.: La verdad no me imaginaba ganar el concurso que era premio único y de consagración 2002. Al principio sentía miedo al ver obras de cierta calidad y dimensiones grandes, porque el mío tenía solo 30 centímetros que titulaba el eslabón perdido. Al final me sentí importante porque a la vez estaba empezando el primer año de escultura. Tenía mucho por delante, los desafíos y críticas. No me querían premiar porque no había tenido una exposición y era un jovencito de 22 años. Había polémicas entre los incrédulos y mediocres.
¿Cambiarías tu profesión?
C.J.G.: Bueno, es mucho más que una profesión. Ser artista significa mucha dedicación, perseverancia e imaginación. Dicen que es para nobles ser artista y para serlo se tiene que tener todos los sentimientos de un ser humano.
¿En qué proyecto estás trabajando ahora?
C.J.G.: No trabajo en ninguno. Los proyectos nacen y se hacen, entre mis planes está una subasta de mis obras en el hotel Los Tajibos o Expo excultura.
¿Cuál es tu última exposición que sorprendió?
C.J.G.: Ninguna. En Bolivia siguen con lo suyo, lo barroco o folklore. El arte tiene que ser impactante a los ojos del contemplador.
¿Describe un día típico en tu vida como artista?
C.J.G.: En el arte no hay cotidianidad ni un día típico. No nos limitamos al tiempo.
¿Cuál es el elemento más indispensable en tu estudio?
C.J.G.: Mi estado de ánimo. Después lo material y herramientas.
¿Coleccionas algo?
C.J.G.: Por el momento no, pero me gustaría con el tiempo hacer un espacio como un museo propio.
¿Cuál es la primera obra de arte que vendiste?
C.J.G.: Una figura femenina que titulaba presente libre. Se la llevaron a Alemania.
¿Un destino internacional de arte?
C.J.G.: París, el Museo del Prado, Italia y la Capilla Sixtina, Alemania, Nueva York y conquistar el resto del mundo con mis obras.
¿Cómo ves la escultura en Bolivia ?
C.J.G.: Va lento y con miedo, pero hay propuestas nuevas que son poco reconocidas. En vez de apoyar, nos frenan a los artistas. Al final de cuentas, estamos haciendo un gran aporte al país, a los museos y al turismo internacional. Deberían de reconocer el trabajo. Hacen concursos de consagración con sumas que no adecuan a la palabra consagración. Una consagración se trata de asegurar el bienestar del artista y de sus proyecciones de la vida, con la suma mínima de 80.00 dólares no con Bs 40.000, 30.000 o 20.000. Eso es un desprecio al sentimiento artístico. En el país hay artistas con nivel internacional que valen la pena.
'No me querían premiar porque no tenía una exposición y era un jovencito de 22 años'
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