La pasión por la danza llegó a su vida de manera inesperada. Un viaje a México fue determinante para marcar el ritmo de su vida y el rumbo de su carrera profesional. Se trata de la maestra de danza Kathy Peñaranda, de 34 años, que luego de permanecer 16 años fuera de Bolivia llegó el año pasado a la ciudad de La Paz para transmitir su experiencia y conocimientos aprendidos en el ámbito de la danza creativa, a niños y niñas, y en "matrodanza”, a madres e hijos.
La Paz la vio nacer el 15 de julio de 1980. No imaginó durante su niñez que incursionaría en el ámbito de la danza. Y es que su paso por el colegio no dejó rastro de su amor por esta disciplina. Sin embargo, al concluir el bachillerato en el colegio La Salle de La Paz, vio nacer su pasión por la danza y se dirigió al exterior en busca de formación profesional. Fue una decisión que generó en su vida sentimientos "hermosos y apasionantes”.
"Primero viajé a Chile con el propósito de estudiar la carrera de danza, en la Universidad de Chile, pero por razones de la institución, la carrera se cerró para los estudiantes extranjeros. Entonces, de forma inesperada, se me presentó la oportunidad de ir a México para estudiar la carrera de Educación Dancística con especialidad en Danza Contemporánea en el Instituto Nacional de Bellas Artes - Escuela Nacional de Danza N. y G. Campobello”, cuenta Peñaranda en una entrevista con Página Siete.
En la primera etapa de su carrera profesional, Peñaranda se dio cuenta de que quería enfocar su trabajo en niños y niñas. Esta decisión la tomó después de vivir una situación sentimental "complicada”. Y es que interactuar con los "pequeños” le permitió despejar su mente y superar el problema que le impedía desenvolverse con normalidad en sus actividades personales y laborales. Además, considera que ellos y ellas son el semillero de talento del país.
"La experiencia de trabajar con niños y niñas me gustó y descubrí que mi camino en la vida está cerca de ellos, fue una conexión rápida. Entonces, sin pensarlo mucho tomé la decisión de especializarme en este sector de la sociedad que me apasiona”, relata la maestra. Es así que conforme transcurrieron los días, este vínculo afectivo se fue consolidando y actualmente es "inquebrantable”.
Se considera una persona trabajadora y perseverante, capaz de alcanzar cualquier objetivo que se proponga. Estas cualidades que resaltan en su personalidad le permitieron conseguir su primer trabajo en la Academia de Danza Baby Ballet Marbel, una franquicia con 21 escuelas en diferentes ciudades de México. Cada una cuenta con 200 alumnos. Fue parte del proceso de construcción e implementación de la institución, y también trabajó como maestra de danza creativa y "matrodanza”, actividades que marcaron su futuro.
"La danza creativa es una manera lúdica y divertida en la que los niños conocen los elementos básicos de la danza a través de juegos que desarrollan y estimulan sus habilidades psicomotoras y creativas. La ‘matrodanza’ es una actividad enfocada a la madre con su bebé, que vincula y favorece todas las áreas de desarrollo (motriz, cognitivo, socio-afectivo y sensorial), teniendo al cuerpo y al movimiento como vías de comunicación y expresividad, partiendo de los fundamentos de la estimulación temprana y la educación psicomotriz”, explica.
Durante su estadía en Baby Ballet Marbel, se percató acerca de los múltiples beneficios que genera la danza creativa y la "matrodanza” en niños y niñas. Esta apreciación la confirmó debido a que cada semana recibía comentarios "positivos” de los padres y también ella percibía cambios en sus alumnos, tanto en el desarrollo físico como intelectual, ambos reflejados en su rendimiento, ya sea en la guardería, kinder o colegio.
A partir de la experiencia en México, Peñaranda decidió implementar los conocimientos y experiencias aprendidas en la tierra que la vio nacer. "Aparte de que extrañaba a mi familia, el ciclo en México había terminado y decidí volver a Bolivia para compartir algo diferente y con muchos beneficios que no se conocen mucho, como es la danza creativa y ‘matrodanza’”, dice la maestra, que a futuro no descarta abrir su propia escuela de danza.
"En Bolivia, yo me diferencio de las demás maestras porque trabajo con niños y niñas entre tres y cinco años, ofrezco una propuesta diferente y nueva y, además, algo de lo que estoy orgullosa, es que trabajo con niños y niñas con capacidades mixtas, que son personas que tienen un alto grado de creatividad e iniciativa”, indica.
Al llegar a La Paz, la academia de danza All That Jaz y la comunidad Voces Vitales le abrieron las puertas y le permitieron ofrecer sus cursos de danza creativa y "matrodanza”. Las clases se realizan de lunes a viernes en horarios en la tarde y mañana. Cada clase tiene una duración de 60 minutos. También dicta clases de forma particular a grupos infantiles. El teléfono de contacto para las personas interesadas es 77756211 y el correo kollitay@live.com.
Un proyecto para la zona norte
En los próximos meses, la maestra Kathy Peñaranda ejecutará un proyecto que busca incentivar la práctica de danza y teatro dirigida a personas de escasos recursos económicos de la zona norte de La Paz.
"La idea la estamos enfocando en las personas que no tienen la posibilidad de pagar un instituto para aprender danza o teatro”, explica Peñaranda.
Al respecto, la maestra indica que el proyecto también busca evitar que los jóvenes sean parte de actividades que perjudiquen su desarrollo integral, las más frecuentes son las pandillas. Además, la iniciativa permitirá encontrar talentos jóvenes.
"Nos gustaría replicarlo en otras zonas de la ciudad, siempre dirigido a la gente que no puede acceder con facilidad a la práctica de danza o teatro”, concluye.
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