Son cuatrocientos setenta y cuatro años de servicio y entrega de la comunidad Franciscana en el valle de Chuquiago, esa labor se refleja hoy en el emblema de la paceñidad en que se ha convertido el Templo y el Convento de San Francisco de la ciudad de La Paz, donde hoy se encuentra instalado el Centro Cultural Museo de San Francisco, cuyo diseño museístico y museográfico recupera los principales espacios con la doble solemne misión, por un lado religiosa de acrecentar la fe cristiana, y la otra de preservar uno de los más importantes monumentos de la cultura e historia indo americana o latinoamericana, muestra de la pujanza de los habitantes de esta hermosa metrópoli.
Tras largos años de lucha y conseguida la ansiada independencia, la campana grande que luce la torre de San Fran-cisco, tocó a arrebato hasta resquebrajarse el 6 de agosto de 1825, saludando el nacimiento de Bolivia. Luego, en los inicios de la República, cuando el Libertador Simón Bolívar llegó a La Paz, visitó primero el Templo de San Francisco y fue agasajado en el refectorio.
Cuenta la historia que fue en San Francisco donde se congregaron los miembros del Primer Congreso de Bolivia para estudiar las leyes de la naciente República. Asimismo se relata que el Mcal. Andres de Santa Cruz y Calahumana, Pre-sidente de Bolivia, nacido en La Paz, decidió jurar a su cargo a los pies del “Señor del Perdon, Patrono y Protector de la ciudad de La Paz, imagen que se encontraba en el Templo de San Francisco y actualmente se halla en la Capilla de la Tercera Orden Franciscana. Durante la Guerra con Chile y también en la del Chaco, los padres franciscanos acompañaron a los combatientes, alternando con ellos en jornadas heroicas y sacrificios, infundiéndoles fe y valor.
En la cripta de San Francisco se encuentran los restos de los máximos héroes de Bolivia: Don Pedro Domingo Murillo, de los Protomártires de la Independencia; de Eduardo Abaroa, el héroe de Calama, que ofrendó su vida cuando Chile se apoderó de la totalidad del territorio Costeño Boliviano, un 14 de febrero de 1879. Definitivamente el histórico templo y su museo es parte solemne de la misión religiosa que cumple, el levantar la fe cristiana como deber primordial de sus ilustres sacerdotes, y es una valiosa reliquia que debe tener un esmerado empeño en su conservación por parte del Estado y los ciudadanos.
Hace 8 años que el Museo de San Francisco, está dirigido de forma autogestionario, por el Dr. José Luis Rios Cambeses, profesional que dedica su experiencia y conocimiento a preservar las mejores colecciones pictóricas del arte indígena-barroco, siendo el Museo la mejor expresión de la arquitectura Andina. El Museo funciona desde los años 1940; y seguiremos apoyando a preservar nuestro patrimonio cultural y religioso, que gratuitamente recibió en todo este tiempo 350 mil visitantes de todos los estratos sociales, 30 mil durante el World Press Foto-Photo y en la Noche de los Museos a 25 mil personas. La Belleza del templo de San Francisco es singular por lo que encierra entre sus bóvedas y capiteles.
La hermosa Basílica de San Francisco se yergue ahora frente a la moderna ciudad, mostrando encanto y señorío, como una plegaria del Paceño que pide a San Francisco de Asis “paz y bien” para el pueblo boliviano.
Freddy Illanes Vedia
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