miércoles, 12 de junio de 2013
El Teatro a Mil explora nuevos talentos en La Paz
La directora de programación del festival Teatro a Mil, que cada año se realiza en la capital chilena de Santiago, llegó a La Paz para explorar las propuestas escénicas que se producen en el país y así cerrar la cartelera del evento internacional.
“Tenemos casi cerrado 2014. La verdad, nos faltaba ver teatro boliviano, tenemos pendiente un viaje a Perú, pero el resto está”, dijo Javiera Parada, la programadora del evento, en una charla con La Razón. La selección concluirá en julio.
La cita internacional, que cumplirá 21 años el 3 de enero del siguiente año, incluyó a ocho obras bolivianas en los últimos 14 años: Las abarcas del tiempo, de César Brie (1999); Siddartha, de Teatro del Sol y Pamela Franco; Ubu Rey, de Teatro de los Andes (2001); Feroz, del colectivo artístico boliviano Kikinteatro y Diego Aramburo (2002); Otra vez Marcelo, de Teatro de los Andes y César Brie (2006); Di las cosas bien, de la compañía Escena 163 y Eduardo Calla (2008); En un sol amarillo, de Teatro de los Andes (2012), y Hamlet de los Andes, también de Teatro de los Andes y Diego Aramburo el pasado año.
Parada llegó el sábado y tiene previsto apreciar al menos ocho nuevas propuestas que han circulado en varios espacios alternativos de la ciudad de La Paz. “Sabemos que aquí se están haciendo cosas interesantes. Eduardo Calla es un nombre que suena muy fuerte en Europa y en la escena mundial como una de las nuevas figuras del teatro latinoamericano”, comentó la especialista y actriz.
Anteriormente, Teatro a Mil evaluaba las puestas en escena durante el Festival de Teatro de Santa Cruz, pero este año decidió “ampliar el territorio” de observación.
El encuentro teatral, que se realiza cada año en Santiago de Chile, es uno de los más importantes de América Latina. “En 2010, (...) cuando vino (la compañía) Royal de Lux, logramos a tres millones y medio de personas como público”, destacó Parada. Ese año el festival fue animado por la Pequeña Giganta, una marioneta articulada de 12 metros de alto.
El encuentro nació poco después del retorno de Chile a la democracia. Su primer escenario fue la Estación Mapocho, un antiguo andén de ferrocarriles en Santiago que fue transformado en un centro cultural. Ahora, el teatro toma varios escenarios y las calles. Para 2014 se han seleccionado propuestas de Albania, Bélgica, Estados Unidos, Francia y Rusia.
Parada explicó que “al cumplir la mayoría de edad”, Teatro a Mil logró un nivel que le ha puesto a la par de los festivales franceses de Avignon o Edimburgo.
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