Las obras serán expuestas hasta el 13 de abril, tiempo oportuno para apreciar el subjetivo trabajo de Rodríguez, quien no se limitó en mostrar los paisajes tradicionales de Bolivia de una forma pocas veces apreciada en el medio artístico.
La técnica utilizada en las fotografías es como una obra del poeta excéntrico Charles Baudelaire. En sus obras se puede diferenciar claramente el aprecio por su tierra natal Oruro, ya que en ellas está presente el tradicional casco de minero flotando en el cielo azul cubierto de nubes blancas, ilusión que sólo Rodríguez pudo adecuar.
También se puedo apreciar un esplendoroso color amarillo en el cielo orureño visto desde una ubicación diferente, donde se nota el lado posterior del monumento conocido como el Corazón de Jesús, pero este paisaje tiene un tono diferente, luz andina, triste y solitaria, pero un haz de luz bordea el Cristo con los brazos extendidos.
Otro de los trabajos de Rodríguez, muestra un paisaje donde se encuentra de fondo cerros, custodios del espejo del agua pasiva donde las canoas se sosiegan ante la brisa del atardecer, que las balancea como si las estuvieran arrullando, en una hamaca liquida.
Las formas y colores de esta propuesta, permite alcanzar niveles pocas veces explorados en la fotografía, una oportunidad para salir de la rutinaria realidad, La inauguración de la muestra fue respaldada por una masiva concurrencia.
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