Marcada por la elevada calidad de los elencos nacionales, la octava versión del Festival Internacional de Teatro de La Paz (Fitaz) 2012 concluyó el pasado miércoles en la ciudad de La Paz.
En sus 13 días de duración fueron 60 las puestas en escena que tomaron 11 escenarios de La Paz, con diversos niveles de acogida de público, en un festival que fue calificado como “exitoso” por sus organizadores.
El Fitaz 2012 también sirvió a los artistas que participaron del evento para tener un panorama del teatro boliviano contemporáneo que, según coinciden las fuentes consultadas, se encuentra en busca de un lenguaje propio.
El dramaturgo Eduardo Calla señala que si bien el teatro boliviano se encuentra en una etapa de transición y es muy difícil identificar tendencias en cuanto a estilos y temáticas, “si hay en común un rigor por el trabajo y en las formas de hacer teatro”.
“Creo que de alguna manera en estos últimos años el proceso ha sido de una vuelta a las dramaturgias, lo que origina que los temas sean propios y se desarrollen maneras propias de hacer teatro”, afirma.
El dramaturgo Percy Fernández coincide en señalar que aunque el teatro boliviano “ha crecido mucho”, aún se halla en una “etapa de exploración y búsqueda de lenguajes propios”.
“Lo interesante es que por lo menos ya tenemos unos 20 ó 25 años de continuidad teatral y eso no siempre ha sido así, si bien siempre hubo teatro, el movimiento tendía a desaparecer después de unos años, en cambio ahora el movimiento se ha sostenido desde principios de los 90 gracias al trabajo de muchos grupos y de eventos como el Fitaz” sostiene.
La actriz Soledad Ardaya señala por su parte que si bien la riqueza de este teatro contemporáneo boliviano se encuentra en los “nuevos diálogos entre artistas y elencos, no todos esos diálogos generan un lenguaje propio. Hay pocos grupos que realmente proponen un lenguaje nuevo, el resto sigue siendo como experimentales”, sostiene.
Por su parte, el dramaturgo Antonio Peredo opina que el teatro contemporáneo boliviano “es un teatro bastante joven y bastante nuevo, que está tratando de encontrar una poética particular y actual de este país”.
“Yo creo que lo importante de este festival es que el público boliviano pueda apreciar su propio arte y sus propios escenarios alternativos”, sostiene.
La directora y pedagoga teatral Marta Monzón se suma a estos criterios al señalar que el teatro local aún busca su propia identidad, pero pronostica que los resultados se verán pronto por “la continuidad de festivales como el Fitaz y la cada vez mayor presencia de elencos profesionales que darán sus frutos muy pronto, todavía hay que esperar”.
Similar criterio tiene el analista político y pedagogo teatral Carlos Cordero Carafa, quien señala que el Fitaz ha permitido mostrar el estado actual del teatro boliviano.
“El balance general nos está mostrando que el teatro en Bolivia, después de una época de oro como fue el trato social de la década de 1950, está viviendo su mejor momento por el trabajo de jóvenes creadores”, sostiene Cordero.
Para el dramaturgo Eduardo Calla esta participación de los elencos nacionales ha sido posible gracias a la diversidad de propuestas del teatro nacional. “Cada vez hay mayor presencia de obras propias, lo que es destacable, pues se presentan miradas diversas en temas y estilos y eso es muy importante”, afirma.
Según coinciden los expertos consultados, los motivos en la mejoría de la oferta nacional son el incremento de grupos profesionales bolivianos, el surgimiento de la Escuela Nacional de Teatro y la continuidad teatral que se está alcanzando en el país gracias a este tipo de festivales.
Opinión
CARLOS CORDERO Pedagogo teatralHay una clara intención de mostrar nuevas formas de comunicación teatral y estéticas nuevas que vienen de la mano de jóvenes creadores, que están orientadas a un teatro cuestionador que no tiene miedo a tocar determinados tabús. Es un teatro muy visual, que busca un trabajo actoral más integral, antes los teatristas simplemente representaban un papel y ahora tenemos artistas completos preocupados por toda la presentación.
OMAR ROCHALiterato Muchas obras que han sido de autor, se han adaptado muchos textos establecidos de autores extranjeros y bolivianos y eso es bueno porque es parte de una exploración. No hubo una presencia muy fuerte de textos de dramaturgos bolivianos hechos para el Fitaz, como en otras ocasiones, pero eso también es importante porque es una búsqueda de madurez y es una forma de exploración que no deja de ser creativa.
Eduardo Calla DramaturgoEs difícil identificar tendencias en cuanto a estilos y temáticas, pero sí hay en común un rigor por el trabajo y en las formas de hacer teatro. Creo que de alguna manera en estos últimos años el proceso ha sido de una vuelta a la escritura del teatro, es decir a las dramaturgias propias, lo que ha hecho que el teatro boliviano tenga una identidad mucho más local y a la vez universal porque no es la repetición de esquemas del teatro foráneo.
60
puestas en escena tuvo el Fitaz 2012. Sólo ocho fueron extranjeras, las demás, bolivianas.
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