Hoy a las 19.30 se inaugura una muestra retrospectiva de la obra del pintor potosino Miguel Alandia Pantoja, en el Museo de la Revolución Nacional, ubicado en la plaza Villarroel.
La muestra es un homenaje que se relaciona también con el 60 aniversario de la revolución del 9 de abril de 1952, pues dicho proceso histórico, conocido en la historia de Bolivia como la Revolución Nacional, fue de la mano con diferentes ramas del arte.
Una de esas expresiones artísticas fue el movimiento muralista boliviano. Ejemplo claro son los murales de Alandia Pantoja, que fueron realizados con el apoyo del Estado, en el marco de una política de recuperación de la raza indomestiza con la que pretendía oficializar su ideario nacional revolucionario.
Por ello, en aquella época se impulsó la pintura de muros y frescos en diversos espacios públicos, no sólo en Bolivia, sino también en el exterior. Los temas más sobresalientes de esa producción fueron los distintos sincretismos histórico-culturales del país, a través de los cuales el muralista opinó sobre los variados significados de la historia, la revolución y su futuro.
Dentro del grupo de artistas que apoyó con su pluma el proceso político, quizá el abanderado sea Miguel Alandia Pantoja, quien, como señala el escritor Víctor Montoya, es considerado uno de los pintores bolivianos más influyentes del siglo XX.
El maestro Alandia Pantoja nació en Llallagua (Potosí), el 27 de mayo de 1914. Montoya cuenta que su infancia estuvo marcada por las injusticias sociales y por un ambiente familiar donde se incentivó el amor al arte y la literatura. “De ahí que el olor al óleo y a la copajira fueron las sensaciones que más perduraron en su vida”, señala el escritor.
Algunos de sus murales, en los que se criticaba a la oligarquía minero-feudal y a las Fuerzas Armadas, como es el caso de Historia de la mina (1953), de 86 m2, que estaba en el salón principal del Palacio de Gobierno, e Historia del Parlamento boliviano (1961), de 72 m2, que se encontraba en el Palacio Legislativo, fueron destruidos por órdenes de la Junta Militar presidida por el dictador René Barrientos Ortuño, en mayo de 1965.
A partir de hoy y hasta el 11 de julio, la población tiene oportunidad de apreciar una muestra con lo mejor de su producción que aún queda intacta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario