Juan Carlos Aduviri no tiene pausa al hablar, sobre todo si el motivo de la charla es el cine y su ciudad natal, El Alto. La velocidad de sus respuestas va de la mano de la emoción que expresa al comentar las experiencias que ha vivido en el último año. El actor nacional estuvo de paso por Santa Cruz proveniente de Buenos Aires, donde estuvo coordinando uno de los trabajos audiovisuales que está preparando.
El rostro y el nombre de Juan Carlos Aduviri cobraron un protagonismo inusitado en el cine nacional, luego de su aparición en el filme También la lluvia, dirigido por la española Iciar Bollaín y con la actuación del mexicano Gael García Bernal.
El trabajo de Aduviri en este largometraje, basado en los episodios de la llamada Guerra del Agua, que se desarrolló en 2001 en Cochabamba, le valió ser nominado a los prestigiosos premios Goya de España como mejor revelación.
De esa forma logró no solo aparecer junto a rutilantes nombres de la cinematografía española, sino también asistir a la fastuosa gala, lo cual abrió muchas más puertas en su carrera. Por su actuación recibió el premio a mejor actor en el Festival Internacional de Grand Off, similar galardón que se llevó del Festival de Cine de Francia Les Arcs. Además, viajó junto al elenco por varios países donde se promocionó el filme.
Pero no todo fue color de rosa para Aduviri. Paradójicamente, luego de haber sido nombrado Embajador de la Cultura de El Alto, por el alcalde Edgar Patana, el actor encabezó una protesta en enero de este año en la que pedía cambios en la Dirección de Cultura, a cuyas autoridades acusaba de promover a directores sin concurso de méritos.
Asimismo, pedía más presupuesto y la titulación para los estudiantes de la Escuela Municipal de Artes, en la que él era director de la carrera de Cine. Al mejor estilo de su personaje de También la lluvia, Aduviri encabezó las manifestaciones que derivaron en una huelga de hambre y otro tipo de protestas pacíficas que fueron reprimidas.
La infructuosa lucha lo obligó a tomar la dura decisión de dejar su trabajo en la carrera de Cine, en la que ejerció la docencia durante dos años, además de ser director.
Ahora, con mucho pesar, Aduviri deja atrás esa página de su vida y mira al frente. Tiene la intención de crear una escuela de Cine en El Alto, con el apoyo de sus compañeros. “El anterior trabajo lo empezamos de la nada, podemos volver a hacerlo”, aseguró.
Sin embargo, su mente también está enfocada en desarrollar las demás ideas que ha puesto en marcha en estos últimos meses marcados por la agitación y el sacrificio. En carpeta tiene dos proyectos de películas que deberán empezar a rodarse este año.
Convencido de que es necesario utilizar herramientas de gran alcance, como el audiovisual, para poder contar historias de impacto en la sociedad, Aduviri piensa elaborar un producto con un tema social muy fuerte. “Una de las películas es una crítica reflexiva sobre una realidad latente en el país. La otra apunta a un segmento más heterogéneo y familiar, es un largometraje de tinte comercial”, adelantó.
Aprovechando su estadía en Argentina, por una invitación del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) para dar un par de charlas sobre su experiencia en con la Escuela de Cine de El Alto, Aduviri tomó contacto con gente de la institución para buscar apoyo y así realizar un documental sobre los ciudadanos bolivianos en Argentina.
“Afortunadamente, les pareció muy interesante la propuesta. El documental tiene el título tentativo de Bolivia camina hacia Argentina y la idea es trabajar muy profundamente la temática de la migración”, comentó Aduviri. “Lo primero que hice al llegar a Buenos Aires fue reunirme con las distintas comunidades, especialmente con los habitantes de las villas. Logré una importante información de compatriotas bolivianos que me nutrieron de sus historias. Llegué con la idea de escuchar historias tristes, pero, sobre todo, encontré mucha esperanza. Claro, la mayoría la ha pasado mal y ha tenido que superarse para poder salir adelante”, complementó.
La ambición de Aduviri no tiene límites, pues también le interesa ingresar en la televisión con historias de corte popular. “Queremos hacer telenovelas, las cuales, personalmente no me gustan, pero sabemos que tienen un importante mercado en el país. En Bolivia nos hemos acostumbrado a ver producciones extranjeras, con realidades parecidas a la boliviana, pero que no son nuestra realidad. Entonces, hagamos industria, hagamos del audiovisual, del cine y de la televisión una verdadera industria”, enfatizó.
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