jueves, 2 de octubre de 2014

La actriz Rosa Ríos, de 79 años, tiene una tienda de abarrotes “Me despediré del teatro con una obra sobre mi vida”

En la turística calle Jaén, que acoge a museos y peñas folklóricas visitados por turistas de varios países, se destaca una tienda de abarrotes, es la única en la cuadra y es la más surtida, tiene desde marraquetas hasta arroz a granel.
La tienda es atendida, desde hace casi una década, por Rosa Ríos Valdivia, una de las actrices más destacadas y conocidas del teatro nacional.
Con 79 años cumplidos, cuenta, mientras le vende helados a un cliente asiduo, que le gusta trabajar y mantenerse activa. Por eso participó en más de 100 obras de teatro. La primera fue Conde Huyo, dirigida por Raúl Salmón de La Barra; después le siguieron La Miskisimi, La Chaskañawi, Raza de Bronce, Los hijos del alcohol, Hijo de chola, Me avergüenzan tus polleras y muchas más. Y en las películas Cuestión de Fe, American Visa y Postales de Copacabana.
En su carrera compartió escena con Ninón Dávalos, David Santalla, Agustín Cacho Mendieta, Rolo Quiroga, Tino Lozada, Roberto Cuevas, Juan Barrera y otros grandes del teatro.
Ella asegura que es una mujer muy inquieta, pues baila en la Festividad del Señor Jesús del Gran Poder en la morenada Transporte Pesado. En la actualidad, prepara su despedida de las tablas para el 2015 con una obra autobiográfica. "He entrado caminando y quiero salir caminando”, afirma.
¿Qué representa para usted cumplir más de 45 años de vida artística?
Es algo que nunca pensé que lograría. Ahora creo que no tengo nada más que pedirle a Dios porque ya tengo el cariño y el reconocimiento de gente de todas las edades que ha visto mis obras. Me saludan en la calle y me piden fotos conmigo.
¿Cómo era su vida antes de ingresar al teatro?
Desde joven tuve que criar sola a mis tres hijos y trabajé de todo. Hasta que un día me encontré con un amigo que era capitán de la Policía y le comenté que estaba buscando un trabajo mejor que el que tenía. Me llevó donde un coronel de la Policía y me contrataron tres meses, pero ad honorem. Luego me dieron mi ítem y me destinaron a varias unidades. La Policía se convirtió en mi segunda casa.
¿Qué es lo que más recuerda de sus comienzos en el teatro?
Siempre iba con mis hijos al Teatro Municipal para ver las obras nacionales porque me gustaban mucho. Mientras miraba, me preguntaba cómo hacían para actuar, para llorar, para caerse, pero no porque pensara en ingresar al teatro, sólo me daba curiosidad.
En 1969 estaba destinada a Identificación, que era en la calle Junín. Don Raúl Salmón tenía su radio Nueva América cerca, entre las calles Indaburo y Junín, y nos saludábamos todos los días. Un día, don Raúl necesitaba renovar su carnet con mucha urgencia, entonces le ayudé. Él me preguntó cuánto me debía y yo le dije que nada, porque no le iba a cobrar. Pero le pedí un favor, le dije que me invitara al teatro y aceptó. Me invitó al ensayo de Conde Huyo en el Teatro Municipal y fui. Ahí vi a Mery Rada, Agar Delós, Pablo Dávila, Rudy Betancourt y Tito Landa, los mejores actores de aquella época. Después, don Raúl me dijo que iba a hacer de la vendedora de sandwiches, ése fue mi primer papel.
¿Cómo fue su primera función con Conde Huyo?
Fue un gran estreno, como para acordarme toda la vida. Mi personaje estaba en toda la obra pero sólo decía: "Yo miro, oigo y callo” y no hacía nada más que vender. Durante la función estaba muy nerviosa y llegó el momento en que me llevaban los "azules”, como se les llamaba a los guardias municipales. Mientras me sacaban a la fuerza mi zapato se fue a la platea y traté de recuperarlo, pero los otros actores no me dejaron porque no estaba en el libreto.
Después salí del escenario y vi que la gente se paró. Tras bambalinas, don Raúl me dijo: "Eso queda”, no entendí y cuando pregunté a los otros actores me dijeron que había hecho algo malo. Me puse a llorar y pensé en no volver a actuar. Después me explicaron que la gente se paró para aplaudirme y que don Raúl me pedía repetir el accidente inocente del zapato todos los días.
¿Qué opina sobre el teatro en Bolivia?
Antes llevaba mensajes para el público. El teatro era muy hermoso. Tenemos que volver al mismo camino y enseñar un teatro que nos motive a pensar sobre la vida.
¿De todos sus personajes, cuál es el más preferido?
La señora de pollera, porque ese papel me encanta. En toda mi vida en el teatro hice una vez de birlocha, una vez de dama italiana de sociedad y en el resto de mis obras siempre actué de señora de pollera.
¿Cuáles son sus próximos proyectos en el teatro?

El 2015, que cumplo 80 años, me despediré del teatro con una obra sobre mi vida. Estoy planeando juntarme con todas las actrices de mi época y ya hablé con Ruth Severich y Elsa Antequera para que se unan al proyecto. Quiero hacer algo sobre parte de mi vida. Pienso poner en escena una reunión de comadres y mi personaje, una señora de pollera, contará su vida, es decir, la mía. Eso pienso hacer para despedirme, porque he entrado caminando y quiero salir caminando del teatro.

HOJA DE VIDA

Vida Nació en La Paz, en 1935.
Trabajo Es jubilada de la Policía Boliviana y vendedora.
Familia Sus hijos son Juan José, Dante Antonio y Claudia Rossy.

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