Cada vez que José Farfán, director del Ballet Fantasía Boliviana, recibe una invitación para participar en un festival en el exterior, se siente feliz por su trabajo. Sin embargo, esa alegría le dura poco porque tiene que gestionar los pasajes de ida y vuelta de toda su compañía.
Al igual que Farfán, la mayoría de las compañías de danza folklórica de Bolivia organiza rifas, kermeses, ventas de artesanías y presentaciones de espectáculos, entre otros, para pagar sus viajes al exterior y de esa manera representar al país en giras y festivales internacionales. Página Siete conversó con tres directores y un representante de este sector sobre este tema, a propósito de que octubre es el mes de la danza.
"No recibimos ningún tipo de apoyo del Estado. Pienso que no es suficiente decir que la diablada es boliviana, cuando la mayoría de los elencos de danza folklórica organizamos todo tipo de actividades para viajar y representar al país en el exterior”, asegura Farfán, quien junto a su elenco viajó a países como Colombia, Ecuador, Perú, Japón, Finlandia, Suecia y otros. El coreógrafo cuenta también que en varias ocasiones intentó buscar ayuda de instituciones estatales como el Ministerio de Culturas, pero nunca le dieron respuesta.
Miguel Mérida, presidente de la Asociación de Artistas de la Danza (Asodanz), asegura que muchas de las compañías de danza viajan con sus propios recursos a festivales internacionales, pero que en algunos casos, firman convenios con los organizadores de esos encuentros para recibir ayuda en el hospedaje y la alimentación. "Para recaudar fondos y garantizar el resto de los gastos, la mayoría de los bailarines organiza kermeses, rifas y venden artesanías”, dice.
Según Mérida, los elencos de danza folklórica que representan a Bolivia en el exterior no reciben absolutamente nada de ayuda por parte del Gobierno. Asegura que, en algunas ocasiones, el Ministerio de Culturas les otorga apoyo de publicidad a través de la impresión de volantes. "Los elencos de danza somos embajadores de la cultura. Un embajador que representa al país no paga impuestos y tiene los pasajes pagados”, comenta.
Roberto Sardón Orihuela, director de ADAF Bolivia, cuenta que en su caso optan por organizar espectáculos para recaudar fondos. "Lastimosamente, en el país, carecemos de políticas de apoyo específicas para la danza escénica”, sostiene.
En su caso, la compañía ADAF Bolivia realizó una gira recientemente en países como Costa Rica, Nicaragua y Panamá
Norah Valverde, directora del Ballet Folklórico de la Universidad Católica Boliviana, asegura que su elenco recibe varias invitaciones del exterior con todos los gastos pagados (alimentación y hospedaje) menos los boletos de avión.
"La UCB nos apoya con una parte de los costos de los pasajes y la otra es cancelada por el alumno. Lamentablemente, aunque viajamos en representación de Bolivia no recibimos el apoyo de ninguna institución gubernamental”, dice.
La odisea
Por bailarín, para viajar a un país europeo, el pasaje cuesta alrededor de 1.500 dólares. Además, se debe cancelar un seguro médico que vale entre 200 y 300 dólares. Se suman a esos gastos el pago del impuesto al viajero que vale 25 dólares y el boleto por derecho al aeropuerto que cuesta 20 dólares.
"Para los elencos jóvenes es complicado y difícil viajar al exterior, pero algunos realizan esfuerzos para ganar experiencia. En algunos casos, los jóvenes optan por viajar de tres a cuatro días en flota. Son muy pocos los elencos que viajan en avión”, sostiene.
Según los coreógrafos, para un viaje, una compañía requiere llevar como mínimo doce parejas para montar una coreografía de al menos una hora. Además, muchos de los encuentros culturales exigen que los elencos de danza se presenten en compañía de su propio grupo musical. "Se requiere que viajen al menos seis músicos”, agrega Sardón Orihuela.
A esos gastos se agregan los pagos extras por exceso de equipaje, ya que los elencos llevan colecciones de trajes típicos y sus accesorios, como sombreros, mantas, máscaras y otros.
Valverde explica por su parte que además de los gastos de pasajes y viáticos, los elencos realizan fuertes inversiones en la confección de los vestuarios. "Por ejemplo, para nuestro próximo viaje a México presentaremos 15 danzas”, asegura.
En busca de soluciones
De acuerdo con Mérida, Asodanz propone en el proyecto de Ley del Artista librar del impuesto de viajero a los creadores que viajen al exterior del país para representar a Bolivia. "Pedimos que haya un régimen especial para los artistas que salen de gira al exterior”, comenta.
En la actualidad, Asodanz registra a más de 45 compañías de diferentes géneros danza como clásica, contemporánea, urbana y folklórica.
Valverde comenta que es "urgente” impulsar proyectos para apoyar a los artistas que representan a Bolivia en el exterior. Sugiere que el Estado organice concursos para premiar a los ganadores con el apoyo económico para solventar estos viajes. "Mientras no se concreten políticas culturales, nosotros seguiremos siendo los quijotes del arte”, dice.
"No recibimos ningún tipo de apoyo del Estado. Pienso que no es suficiente decir que la diablada es boliviana, cuando los elencos no reciben ayuda”.
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